Un hombre cualquiera tiene la
innata capacidad de toparse con seres extraordinarios y personajes
inconfundibles entre históricos paraninfos y el cielo de Madrid.
El positivismo por la vida sólo acaba
inculcándose cuando se batalla la desazón y el insano malestar con unas inconmensurables
dosis de humor y tranquilidad; todo ello, sin que las negras tormentas agiten
los aires de Algeciras a Estambul . Sin duda, el caso más empático con esta
afirmación lo representa el bienhumorado sureño que hace bandera de estos
principios allá donde se presente, ya sea en la Galia, junto a Asterix y
Obelix, o en la Punta de Europa, comprando exóticos dulces con acento
británico. Así, su positiva visión reduce el tamaño de las olas ante los
temporales y convierte las pesadillas en simples tropiezos que te despiertan en
mitad de la noche.
Además, el bienhumorado sureño es
un fastuoso anfitrión que recibe y se abriga con allegados y propios. Y aunque nunca llegó
a ser el cívico ciudadano decimonónico que le gustaría haber sido y pertenecer
a masónicas agrupaciones secretas, conoce intimidades palaciegas y escarceos
amorosos de glorias de postín y cartel. Además, su espíritu de Willy Fog le ha
llevado a conocer nuevos mundos en trenes que viajan hacia el norte, pero
siempre consciente de que su brújula se orienta hacia el sur.
Y así un hombre cualquiera
aprovecha su potencial facultad para atrapar la contagiosa alegría que
caracteriza a lo inconfundible de los extraordinarios.
Descubre más inconfundibles extraordinarios de la mano de un hombre cualquiera:
El tertuliano de las antípodas: http://bloghombrecualquiera.blogspot.com.es/2012/10/lo-inconfundible-de-los-extraordinarios.html
El mafioso polaco: http://bloghombrecualquiera.blogspot.com.es/2012/09/lo-inconfundible-de-los-extraordinarios.html