domingo, 30 de agosto de 2015

Lo feliz de los enlaces



Un hombre cualquiera acude en secreto al enlace, entre un súper héroe y una adivina, en un apartado pazo a la orilla del Cantábrico.

La vida se improvisa con casualidades entre los saberes que se encierran al sur del campus y las sorpresas que aguardan a una mirilla de distancia. Así, una década antes, ambos vivían absortos el uno del otro, desconociéndose a un rellano de distancia. En el segundo piso, el coleccionista de cómics vivía como un inquilino más, aunque, sin él saberlo, encerraba a un súper héroe en potencia. La receta de sus cualidades: la fuerza de Hulk, el cuidado peinado de Superman y el elegante estilo de Batman. Sin duda un increíble candidato digno de completar la "Liga de los Hombres Extraordinarios". Su habitación se convirtió en un santuario de viñetas y dibujos, para ensalzar un fantástico mundo diseñado a carboncillo con la imaginación de un Peter Pan con los pies en la tierra.

Escaleras arriba, en un tercero con ascensor, la alquimista de Valdoviño investigaba formulas y recetas ancestrales capaces de interceptar kriptonitas y ataques virales. Siempre espectacular y magnífica, es capaz de iluminar las vidas que le rodean con su imperturbable sonrisa. Y, además, le sobra tiempo para descubrir los enrevesados guiones y finales de series y películas con un solo fotograma de muestra, como si fuera una consursante del '¡Qué Apostamos!'. Y, esta cualidad adivinatoria le sirve, desde su mirilla, para descubrir el futuro que comienza en primera persona del plural a partir del 30 de agosto de 2015.
 
Y así un hombre cualquiera revisa las nuevas instantáneas del álbum de recuerdos, que comenzó a la sombra del apostol una noche al final del camino.

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