martes, 9 de agosto de 2016

Lo inundado de las fronteras




Un hombre cualquiera estrena un felpudo con expectativas de frontera con la leyenda inscrita de "la República independiente de mi casa".

La cartografía, como todas las ciencias, dependen de la evolución de su materia de estudio para aplicar sus conceptos y premisas. Pero, la cartografía, más allá de la disposición de los territorios, se centra en las consecuencias de las ansias de poder. Dichas ansias de poder dibujan líneas fronterizas a lápiz para borrarlas en caso de un inesperado ataque del síndrome de Napoleón. Y así, los estadistas usan los territorios, como piezas de un puzle, que pulen o modifican para que  sigan  encajando los territorios dentro del Atlas. Con todo y con esto, los continentes no son más que lienzos sobre los que diseñar; bien sea a escuadra y cartabón, como el caso del decimonónico reparto de África, o por la cincelada historia europea que percute y labra cada vecindad y dominio. Y luego pueden ocurren múltiples causas de apropiación, reparto, intercambio o, incluso, robo de territorios:

Un tratado cedió Gibraltar a Reino Unido; una compra-venta hizo americanas a Luisiana y Florida; una milagrosa y cementada construcción convirtió el mar en tierra en Holanda; una colonización afrancesó las Guayana; una batalla de conquista que acaba consiguiendo paraísos como las Canarias; una programada desmantelación soviética dio paso a las repúblicas del Este; un acuerdo bilateral dividió Checoslovaquia; un vacío de poder traspaso Crimea a Rusia; e, incluso, la dejadez gubernamental deja territorios en tierra de nadie, como el Sahara Occidental. Pero nunca se había mediatizado tanto el cambio de dueño de un territorio, como el caso de la consecución de territorios por cuestiones naturales. ¡Ganamos territorio incluso sin tanques! debió pensar el cartógrafo germano, Rolf Böhm, al descubrir el crecimiento del territorio alemán en 500 metros cuadrados de la noche a la mañana. Este paradójico hecho, supone que la política territorial del gobierno de Ángela Merkel parece inversamente proporcional a la política de recortes económica que aconseja a toda Europa. Sea como fuere el crecimiento del nivel del río Kirnitzsch por las inundaciones de 2013 ha cambiado la línea fronteriza entre la germana Sajonia y la checa región de Bohemia. Los fronteras marcadas por los ríos provocan que a río revuelto ganancia de pescadores…

Y así un hombre cualquiera se compra una goma de borrar para borrar las fronteras en caso de emergencia territorial.

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