lunes, 30 de mayo de 2016

Lo quijotesco de la biblia




Un hombre cualquiera se pone a la búsqueda de un regalo bíblico y literario a la altura de la Mecenas del Quijote.


De común acuerdo con la soñadora en pijama y la forzuda equilibrista decidimos el regalo. La búsqueda analógica pronto sucumbió a las nuevas tecnologías. La soñadora en pijama me dio una nota manuscrita con una misteriosa dirección: calle Alcalá 94 y el nombre del negocio. Al llegar al número indicado ningún local comercial parecía dedicarse al producto que buscaba. Revisé la nota con las indicaciones y un doblez escondía: segunda planta. El misterio continuaba.
 

Armado de curiosidad y cierta inquietud entré en el portal. La conserjería vacía me facilitó escabullirme por las escaleras de madera. Los pequeños escalones me hicieron tropezar en varias ocasiones hasta llegar a la segunda planta. Toqué el timbre integrado en el marco de la puerta. Y un canoso librero me dio paso al interior, mientras conversaba  sobre los pedidos para la 75º feria del libro. Me puse a husmear en las estanterías, cuando noté una presencia. Fue un leve movimiento sobre la alfombra. La mirada de un rebosante Garfield me observó unos segundos, justo los suficientes para demostrarme su escaso interés en mi. Siguió dormitando como si ya se hubiera leído cada palabra de los escritos que le rodeaban. El librero, que me recordó a alguien, me atendió amablemente y a los pocos segundos me facilitó la obra requerida: La Biblia según Mark Twain, editada por Valdemar y en pasta dura. Tras pagarle el ejemplar, la vergüenza me impidió pedirle que me lo firmara. Aquel tipo era igual que Samuel Langhorne Clemens.
 
Y así un hombre cualquiera se va con el regalo bajo el brazo como si fuera un capítulo del libro de caballerías de Miguel de Cervantes.

jueves, 26 de mayo de 2016

Lo crítico de los inventos



Un hombre cualquiera descubre una serie de emprendedores negocios hijos de la necesidad y de la intrépida oportunidad de sus inventores.

Las crisis económicas dividen al mundo en dos tipos personas: los doloridos sufridores y los avispados aprovechados. Estos últimos exprimen su inteligencia y pericia hasta encontrar un negocio o un servicio innovador para potenciales clientes que estén dispuestos pagar por ello. Un nicho de mercado se encuentra en aquellas actividades más detestadas y denostadas. ¡Y eureka ahí está el negocio! Una empresa de servicios para transmitir las malas noticias.

Los departamentos de Recursos Humanos subcontratarían la comunicación de los despidos. El futuro inscrito en el INEM recibiría cómodamente en su casa, antes de salir a trabajar, una fúnebre corona de flores. El mensaje de despedida sería contundente: "Hasta siempre, tus compañeros no te olvidan". La entrega se realizaría por un uniformado mensajero vestido de riguroso negro con chaqué  y chistera. La tarjeta de la corona indicaría el total del finiquito a recibir y un 'gracias por los servicios prestados'. Obviamente, los servicios se personalizarían según la petición del cliente: rupturas amorosas, divorcios, la visita de la suegra, una nueva derrama de la comunidad o las facturas del gas y la luz. Al fin y al cabo, sobran las ideas y falta el dinero.

Y así un hombre cualquiera busca la dirección de la Oficina de Patentes por si suena la flauta o si se enciende la bombilla...

jueves, 19 de mayo de 2016

Lo odiado del escrutinio



Un hombre cualquiera se plantea su voto para las próximas elecciones mientras resuelve la sopa de letras de la cena.

La reflexión sobre el voto, no sólo se hace el día antes de las elecciones, viene determinada por varias razones a lo largo de la legislatura: economía, empleo, sanidad, educación, infraestructuras, transportes, fórmula del estado o, por ejemplo, la empatía o vinculación ideológica hacia un candidato o un partido. Y esta última cuestión se puede analizar desde su reverso. Más allá del voto en blanco, el voto nulo y la abstención, siempre se puede otear desde el odio. Sí, un votante puede tener dudas o titubeos sobre ciertas políticas o candidatos de una candidatura. Pero, siempre va a tener claro por quién o qué no va a votar por encima de su cadáver. Y, por ello, el sistema electoral debería contar con el voto negativo. Por tanto, si ninguna candidatura te convence, elimina a quién no debería gobernar, según tu parecer lógicamente.

La noche electoral tendría más emoción que el televoto de la última edición del Festival de Eurovisión. Los colegios electorales irían aportando la suma de votos positivos hasta confeccionar un reparto de escaños provisional. Y cuándo todos estén mascando los primeros resultados...  comenzaría el escrutinio de los votos negativos. Y ahí comienza el baile de votos y la resta de escaños. ¿El resultado? La incertidumbre sembraría de miedo y pavor las sedes de los partidos y de las casas de apuestas. Y en el peor de los casos no habría un gobierno estable. Pero, ¿qué diferencia habría con la actualidad? Conociendo la idiosincrasia de los habitantes de esta península histérica por el enfrentamiento y las posiciones enconadas, el ganador de la noche electoral sería el último en ahogarse en las tierras movedizas tras el duelo a garrotazos.

Y así un hombre cualquiera se va comiendo las iniciales, anagramas y coaliciones hasta dejar flotando tres puntos suspensivos.

lunes, 9 de mayo de 2016

Lo unido de la izquierda



Un hombre cualquiera lee un artículo sobre el cuarenta aniversario de la legalización del PCE y de las pelucas de Santiago Carrillo.

Madrid, 3 de marzo de 1996. Ministerio de justicia e interior. Juan Alberto Belloch lee los resultados electorales de la jornada electoral. Izquierda Unida (IU) alcanza los 21 diputados en el Congreso de los Diputados. La derecha de bigote y gomina formará gobierno con la derecha nacionalista de senyera; pero, además, el equipo del califa, Julio Anguita, consigue el mejor resultado de la historia de la coalición. Diez años después del movimiento político contra la OTAN. Todo ello a pesar del destrozado comunismo soviético y de la desteñida tricolor republicana. Pero, las hombreras y las "Mama Chicho" exaltan el estado físico y anímico a españolas y españoles contra la crisis económica y el miedo al efecto 2000.

Madrid, 5 de mayo de 2016. Un tercio de la militancia de IU apoya la confluencia con Podemos para la segunda vuelta de las generales. ¡Y otra vez a votar!. Los incapaces [los partidos políticos] no están a la altura de la esencia democrática: la negociación. Los partidos llaman inexorablemente al cautivo y desanimado ejército de votantes a las urnas. Y encima, la izquierda experimenta combinaciones a dos meses de la nueva cita electoral. A saber: el cóctel de siglas y agrupaciones deben encajar en el puzle de las papeletas. Las identidades se pueden difuminar. Los liderazgos se pueden desgastar. Y las ideas se pueden relativizar. Al final, la noche electoral de junio escrutará si la confluencia del equipo de Alberto Garzón acertó en su estrategia de unirse al tocado proyecto de Pablo Iglesias.  Hasta Anguita es favorable, pero los críticos temen que sea un error, avisa el barbudo Pelayo Llamazares. Los frentes y las fragmentaciones han impedido, históricamente, el equilibrio de la izquierda en el heredado Reino de los Borbones.

Y así un hombre cualquiera teme que las predicciones acierten un probable y desolador resultado en la noche del 26 de junio de 2016 (el efecto Gatopardo).