lunes, 26 de septiembre de 2016

Lo mediático de lo hollywoodense



Un hombre cualquiera escucha una noticia sobre el crecimiento del número de divorcios durante el mes de septiembre.


La cotidianidad nos aleja al menos ocho horas de la pareja, quitando las ocho de sueño, sólo quedan ocho más de convivencia. Pero, ¿y qué pasa cuando las vacaciones triplican las horas de relación? La respuesta es un cese temporal de la relación o, sin eufemismos monárquicos, un divorcio en toda regla. Y eso les ha debido pasar a Brad y Angelina, que las vacaciones les hna provocado una incómoda incompatibilidad (y, también, los cuernos, el dinero, la 'vie en rose', etcétera, etcétera). Como en el amor, en la guerra y en la publicidad todo vale, la aerolínea Norwegian de bajo coste ha diseñado una sorprendente y mediática campaña publicitaria. Ni Sterling Cooper Draper Pryce habría utilizado tan perfectamente una cuestión personal como medio de promoción publicitaria. ¡Brad está soltero! sirve para promocionar viajes sólo de ida de Barcelona a Los Ángeles por 199 euros. La campaña, como suele ser habitual, es engañosa, llamativa y promete lo imposible, al fin y al cabo como decía Salvador Dalí: "Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mi."
Campaña publicitaria 2016 Norwegian Airlines





Y, entre las bambalinas del show de Hollywood, el ser mitológico de Bradgelina quedó descabezado,  porque los guionistas se quedaron sin ideas y las perdices huyeron despavoridas en desbandada. Los bandazos de sus discusiones provocaron hasta la separación de sus figuras de cera en el Museo Madame Tussauds de Londres. Y, a tenor de la campaña de Norwegian, más de un productor cinematográfico tendrá en mente jugosos guiones con la pareja como protagonista de una nueva secuela bajo el título  'Ex - Mr. & Ex Mrs. Smith'; también, en una película de ciencia ficción que enfrente a Tom Rider versus Hércules; o, buscando cine independiente ibérico, podrían hacer un remake de la ochentera película de Mariano Ozores, 'Qué gozada el divorcio'.

Y así un hombre cualquiera descubre que la fama y el dinero no consiguen salvar de los males maritales que atenazan al común de los mortales.

 

jueves, 15 de septiembre de 2016

Lo británico de las casualidades



Un hombre cualquiera se despierta con un británico acento tras sonar en el despertador un atronador  "God Save the Queen

La nueva aplicación de despertador me sorprende cada mañana con canciones de lo más curiosas y variopintas. Lo mismo suena 'Duel of the Fates' que el 'Vuelo del abejorro' de Korsakov. Esta mañana con puntualidad británica se ha accionado con dicho himno monárquico, pero mi coherencia republicana, como un resorte, ha reaccionado, rápidamente, para apagar el despertador. Demasiado tarde, su pegadizo ritmo se me incrustó, a fuego, en el subconsciente. Después de varios años de despertarse con el mismo sonido se ha producido el cambio al modo de despertador de la Estación Espacial Internacional. Cada mañana los astronautas son despertados con una canción distinta. A diferencia de los astronautas, aquí no hay que utilizar la escafandra para las misiones en el exterior, aunque a veces haga falta para no despresurizarse. 

Ya en el exterior, el día es más propio de Londres por el cielo nublado y los esporádicos ataques de lluvia. Un par de manzanas más allá me cruzo con un repartidor de flyers con bombín, que anuncia la apertura de una sombrerería bajo el lema: "para saludar con aire decimonónico y ocultar las calvicies incipientes". Y las británicas casualidades prosiguen a lo largo del transcurso de la mañana. Un madrugador whasap del consorte levantino para informar del estreno del documental 'The Beatles: Eight Days a Week'. Tras la confirmación de mi asistencia a la cita cinéfila, se abren las puertas del vagón frente a un cartel gigante de la nueva película de "Bridget Jones Baby", aunque parece que han cambiado a la actriz protagonista porque no se parece nada a la de las dos primera películas. Más allá, en la puerta del autobús, dos hombres de mediana edad comentan una curiosa noticia del periódico. Como no podía ser de otra forma, la noticia se desarrolla en las islas británicas y, en concreto, a Buckingham Palace. Por lo visto, Isabel II requiere de un jardinero y una gobernanta para palacio. Uno de ellos confirma, jocosamente, que secaría todas las plantas y rallaría la cristalería de bohemia, así que desechando la oferta decide seguir camino de la oficina.

Y así un hombre cualquiera piensa firmemente en que dios salve a la reina, mientras intenta configurar la aplicación para que suene Freddy Mercury mañana en el despertador.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Lo numantino de los romanos



Un hombre cualquiera atrapa con sus cascos los primeros acordes de una mítica canción de Gabinete Caligari en M80, justo al entrar en la papelería del barrio.

Las atestadas librerías de septiembre se fortifican con murallas de papel de texto para el acuciante asedio de los ignorantes alevines y de los padres equilibristas sobre el fino borde de la última moneda de euro del monedero. A la puerta del establecimiento, una refrescante brisa de una fuerza lectora considerable ha hojeado un libro de historia hasta perder su pulso ante el sitio de Numancia. El libro abierto de par en par deja al descubierto la estrategia de resistencia y contención contra las tropas romanas. Claro, todo ocurrió antes de Cristo por lo que la divina providencia sólo dependía de la capacidad de los numantinos, allá por el 133 a.C. Estos estoicos defensores aguantaron unos trece meses a un intenso acoso y derribo y, también, lucharon contra el hambre y las enfermedades esquilmaron a la población. Todo ello, hasta el fin.

Algo más de dos milenios después hemos vivido una nueva defensa numantina de Soria. Hemos cambiado el hambre por la avaricia y la enfermedad por la corrupción. Pero, la estrategia de José Manuel Soria, parafraseando a su apellido, ha sido toda una defensa numantina de sí mismo. Apoyado por unas torpes directrices gubernamentales, dirigidas por Mariano Rajoy y sus ministros, que han actuado con nocturnidad y alevosía. El premio de los mediocres, la asignación digital de una secretaria ejecutiva en el Banco Mundial, se oculta de las cámaras y taquígrafos, tras una sesión de investidura de cartón - piedra, y se esconde, además, de la mirada crítica de los ciudadanos, tras obviar la publicación del nombramiento en el Boletín Oficial del Estado.  Al final, la culpa es soltera y no la quiere nadie. Los dimes y diretes acaban emparejando a Luis de Guindos con la más fea y el gobierno conjuga un matrimonio de conveniencia para que Rajoy no tenga que remojar sus barbas. Y, al final, el desempleado José Manuel Soria queda frente a su cartilla del paro reflexionando los primeros versos que canta Jaime Urrutia: "Todo el mundo sabe que es difícil encontrar en la vida un lugar, donde el tiempo pasa candencioso sin pasar y el dolor es fugaz"

Y así un hombre cualquiera defiende a Bécquer y Machado, porque "el olvido del amor [y de la política] se cura en soledad [y en la oposición].