jueves, 23 de febrero de 2017

Lo moldeable de las nubes



Un hombre cualquiera recuerda el día que descubrió lo moldeable de las nubes con la sola ayuda de la imaginación.

Los bocadillos dejaron de nutrir el estómago para alimentar la mente con la lectura de los pensamientos dibujados en los cómics. Y todo con la forma de un nube, porque cuando sobrevolamos nuestros pensamientos, de alguna forma, estamos sobre altos cúmulos, cirros y estratos. Allí, a miles de pies sobre el suelo somos capaces de habitar realidades pasadas o, mejor aún, colonizar ficciones futuras.

Sexenio imaginado, un hombre cualquiera

Y aún sin levantar ni medio palmo sobre el suelo, un niño cualquiera, acostado sobre el césped, podía descifrar las formas de las nubes hasta que el sueño le hacía volar sobre sus pensamientos o, hasta que la hora para el bocadillo le despiertaba de la ensoñación. Aquello sí que era estar en las nubes, mientras los pies solo rozaban levemente el suelo.

Y así un hombre cualquiera moldea la tarta de merengue sobre la que escribir las nuevas historias… para soplar las velas de su sexto cumpleaños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario