miércoles, 17 de enero de 2018

Lo desafinado de la corrupción

Un hombre cualquiera teme que la mente se le corrompa perdiendo los recuerdos y la cordura por el silencio implacable del Alzheimer

Cuchara, Bicicleta, Manzana (2010). El President, Pasqual Maragall, protagonizó este documental sobre el tratamiento que comenzó, cuando en 2007, le diagnosticaron Alzheimer. Su figura pública ayudó para la visibilidad social de una enfermedad que afecta a millones de personas y, también, la creación de su fundación ha posibilitado fondos para el estudio de la prevención y análisis de la enfermedad. Indiscutiblemente, el carácter neurodegenerativo de la enfermedad hará que los recuerdos y conocimientos del alcalde de las Olimpiadas, del President del Estatut y del político socialista se vayan olvidando en su memoria. Pero, lo que quedará intacto serán la implementación de sus políticas, la tinta de los periódicos que contaron su vida y las palabras grabadas, como las que destaparon el caso de corrupción del 3% del puyolismo en el Palau de la Música.

El Príncipe (1513). Nicolás Maquiavelo escribió “Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira”. El estadista italiano fue mentor de líderes políticos para que no olvidaran buscar el propio interés para conseguir y mantener el gobierno. Incluso la corrupción podría ser facilitada con los maquiavélicos modos, consejos y estrategias que recoge en su obra. Sin embargo, aplicar estas prácticas tienen una cadencia desacompasada, como la desafinada música que rompió los cristales del palacio para propagar, por calles y plazas, el melodioso tintineo de las monedas robadas en los bolsillos ajenos. El director dejó caer la batuta y los violines comenzaron a desafinar, a medida que la brisa arrastraba por los suelos todas las partituras. Pero el espectáculo continuó y lo hizo con unos músicos que olvidaron las notas, mientras los pentagramas viraron en curvas sinuosas, que se acaban perdiendo entre los garabatos de la firma del juez.


Y así un hombre cualquiera tacha la notas discordantes del pentagrama para no corromper la armonía de cada recuerdo.

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