Un
hombre cualquiera nota la suave brisa que hace vibrar a la tricolor
francesa, instalada por el 14 de julio en el estanco de La Estafeta.
La
familia política francesa acudía a sus primeros sanfermines. Margot
y Fermín les habían enviado meses atrás un paquete que les
anunciaba el viaje a Pamplona. El pack se llamaba Franceses Osados
por Invadir España (FOIE) e incluía: un despertador para los
madrugones de los encierros, una pequeña colección de conservas
navarras, los billetes de avión y, por su puesto, un pañuelo rojo
para cada uno.
Sin
darse cuenta la semana voló hasta convertirse en recuerdos. Después
de varios brindis con sangría, alguna siesta viendo el Tour y con
algunas agujetas de tanto baile. Y así la semana tocó a su fin el
14 de julio. Toda la familia ataviada con sus pañuelos y sus velas
acudieron a la Plaza del Ayuntamiento para entonar el "Pobre de
mi". Además, los turistas galos pusieron el toque de color con
los colores de su bandera pintándoles las mejillas; en vísperas de
la final del Mundial de fútbol.
Y
así un hombre cualquiera pierde la referencia de la brisa cuando
arrían la bandera y el cartel de las fiestas de San Fermín.
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