lunes, 15 de mayo de 2023

Lo inconfundible de los extraordinarios

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanos extraordinarios y hombres inconfundibles entre las bañadas orillas del Ebro y el eco de los pozos de Alarcón.

Más vale maña que fuerza y más vale esforzarse que amañar. Esta filosofía de vida se aplica al mañoso baturro. Un pertinaz alma capaz de alcanzar los imposibles. Un cocinero capaz de aliñar una ensalada sin usar el más mínimo vegetal. Un zaragozano capaz de llegar al cielo de Madrid por intercesión de San Isidro. Y un hijo único capaz de formar parte de una familia numerosa.

Siempre intenta tener el cierzo de cara y, sino, usa el pilar más cercano para refugiarse de las inclemencias. Aunque el mejor refugio es el hogar con su Agustina de Aragón y con las defensas preparadas contra cualquier cincomarzada. Allí guarda su mejor tesoro que crece día a día con la vista puesta en el futuro, que se otea en el horizonte. Y, todo ello, perfectamente diseñado con la inspiración de Goya y el sentido común de Labordeta.

Y así un hombre cualquiera aprende de las mañas que caracteriza a lo inconfundible de los extraordinarios.


Y aquí se reúne lo inconfundible de los extraordinarios:

El mafioso polaco

El tertuliano de las antípodas

El buenhumorado sureño

El arquitecto de utopías

El sosegado rebelde

El dueño del bigote

El fan de los festivales

El compositor de los vuelos

El coleccionista de cómics 

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