miércoles, 14 de julio de 2021

Lo parisino de los oasis

Un hombre cualquiera se sorprende dibujando un oasis sobre una imagen de la pirámide del Louvre.

La ya no tan pequeña Amélie posa con capa y chistera junto a la acristalada entrada del hogar de la Mona Lisa. Fermín y Margot le han inculcado la devoción por Arsene Lupin. Y aprovechando las vacaciones estivales se recorren el París de Maurice Leblanc para robar cientos de instantáneas para el recuerdo. Margot, convertida en directora de fotografía, coloca y dirige a la pequeña. A unos metros, Fermín sonríe y con silenciosas señas hace sus propias indicaciones para no despertar a la pequeña Edith, que duerme dentro del fular de porteo.

Sobre sus cabezas la aviación francesa desplegaba la tricolor con el lejano rumor de la marsellesa desde los campos Elíseos. Alzan la miranda para avistar los aviones que se pierden rumbo al norte. A ras de adoquines la familia parte hacia el metro con sus pañuelos de San Fermín al cuello, la chistera rebotando sobre la cabeza de la hermana mayor a cada salto y sus sombras borrando las huellas de sus zapatos para inspirar una nueva historia de Lupin.

Y así un hombre cualquiera termina su improvisado boceto al rellenar con palmeras la explanada que se extiende ante el reflejo de la pirámide.


¿Y qué ocurrió otros 14 de julio?


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