Una
mujer cualquiera podría explicar el feminismo a través de los
libros y las películas que alfabeticen a la caverna machista.
La
fiesta del chivo (Mario Vargas Llosa, 2000). El asesinato del
dictador Trujillo en la República Dominicana y de su clientelar
régimen político es el escenario para narrar el drama de la mujer
en un mundo hecho por y para el hombre. Las mujeres son figurantes de
la Historia, casi objetos que se utilizan a antojo y gusto del ser
que se cree supremo. El libro narra la práctica de abusos sexuales,
la educación servicial al hombre y, sobre todo, la inferioridad
política y social de la mujer. Dentro de la narración se incluye el
hecho histórico que dio origen al Día Internacional por la
Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, a través del asesinato
de las hermanas Mirabal. Las tres hermanas fueron a asesinadas por su
cercanía y acción para acabar con la dictadura. Ellas nos enseñaron
que la Historia se escribe en femenino singular, como la Revolución
o la Libertad.
Las
Horas (Stephen Ladry, 2002). Se narra lo femenino en tres tiempos (1923, 1951 y 2001) a
través del convulso siglo XX. Se describe la figura poliédrica de
la mujer: la sexualidad, la posición social, el desarrollo
artístico, la estigmatización ante la enfermedad, el papel secundario y la
eterna sombra tras el hombre. Los problemas, las dificultades y las
luchas contra la desigualdad de la mujer se protagonizan por Nicole
Kidman, Julianne Moore y Meryl Streep, apoyadas en la inspiradora pluma de
Virgina Wolf.
Y
así una mujer cualquiera humanizaría con sus argumentos a los duros
de mollera que siguen sin entender las razones de la huelga del 8 de
marzo de 2018.
¡Feliz día de la mujer!
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