domingo, 31 de diciembre de 2023

Lo entrañable de los detalles

Un hombre cualquiera detalla en su mente los pequeños recuerdos que le hacen percibir lo entrañable de estas fechas.

Una buena historia o una tejida mentira se consigue a través de detalles que le dan entidad y convicción al que la lee o escucha. Y es, sin duda, la razón que determina lo valorado de diciembre. Los detalles. Aquellos que se perciben por los cinco sentidos. El brillo en los ojos ante el encendido navideño que ilumina la superficialidad y llega hasta las entrañas. El natural aroma a pino al calor de las intermitentes luces en el salón. La esperanzadora caricia del relieve de los boletos del 22 de diciembre. El tímido crujir de lo almendrado del turrón entre las inconfesables conversaciones de la sobremesa. Los acordes de la BSO de Love Actually al abrigo de la manta y el sofá. El escarchado vaho de las ventanas que protege a la felicidad del hogar. Las nerviosas mariposas revoloteando sobre los propósitos e incertidumbres al ritmo del repiqueteo del carrillón de la puerta del Sol. Los burbujeantes brindis temáticos al sobrepasar la medianoche. El alegre batir de las palmas del concierto de año nuevo. El halo carmesí que ilumina los besos bajo el muérdago. El aterciopelado saludo de sus majestades desde sus atronadoras cabalgatas. La silenciosa vigilia a la espera de la epifanía. El ilusionante rasgado de los envoltorios de la mañana de reyes. El afrutado y azucarado sabor del roscón en la comida de reyes.

Y así un hombre cualquiera detalla el listado de personas que llenan su agenda para, de verdad, conseguir un ¡Feliz 2024!

viernes, 15 de diciembre de 2023

Lo paralelo de los universos

Un hombre cualquiera busca en Netflix una serie o película para amenizar la sobremesa de la cena.

A veces la vida es monótona, rutinaria y hasta aburrida. Quizás en esos momentos esperas un hecho extraordinario e incluso fantástico. Interior noche. Paco y Lourdes cenan la tortilla de los miércoles, tras acostar a los niños. Una conversación convencional sobre el día en el trabajo y algún comentario anecdótico y gracioso sobre la negociación de los niños para conseguir más tiempo de tele con un argumento zalamero, aderezado con un “sentido” abrazo. Mientras tanto, Lourdes se imagina que la aplicación del banco le avisa de un ingreso extraordinario, que usará para ese viaje soñado a la Gran Manzana en Navidad.


A veces la vida es caótica, imprevisible y hasta delirante. Quizás en esos momentos te sientes protagonista de un capítulo de fin de temporada con giros de guión y tramas impensables en capítulos anteriores. Interior noche. Paco cena sólo, porque Lourdes tiene una cena de empresa. Antes de llegar al postre su teléfono suena con un número desconocido. Le informan que Lourdes va camino del hospital. El tiempo y el espacio se voltean sin apenas moverse de su silla. En segundos se replantea la noche, buscando un canguro de emergencia y cambiando la tele y el sofá por una sala de espera y mascarilla. Mientras tanto, Paco se imagina cenando tortilla una noche de miércoles junto a Lourdes con una conversación convencional sobre el trabajo y alguna anécdota graciosa sobre los niños.


Y así un hombre cualquiera prefiere perderse buscando en el catálogo de series y películas, que protagonizar guiones improvisados.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Lo necesario de la empatía

Un hombre cualquiera espera sentado en un banco frente a unos grandes almacenes.

Una mujer morena, de mediana estatura y sonriente atraviesa el paso que le dejan las puertas automáticas para salir a la calle. Lleva las manos ocupadas con varias bolsas de distintos tamaños, pero destaca su abrigo de paño morado abierto, que deja ver una blusa blanca y unos pantalones vaqueros azul oscuro, que cubren parte de sus botines marrones. Su sonrisa se perfila con un boceto de carmín y el maquillaje le alegra una mirada acuosa de azul horizonte. 


A escasos metros de la salida mete las bolsas en una papelera y se va acariciando los adoquines con un rítmico taconeo. Calle abajo se pierde entre los viandantes de las aceras de Princesa camino a su futuro. Pocos minutos después, una mendiga morena, de mediana estatura y con un rostro tranquilo, que estaba por la zona, se acerca a husmear en la papelera. Y se calza con los zapatos que aquella mujer había tirado, se pone sus abandonados y gastados pantalones y se hace con su maltrecha chaqueta hecha jirones. La indumentaria le cambió el semblante. Su cara envejeció, la tristeza le invadió y su ojo derecho se coloreó de un morado casi negruzco. La mujer se quedó mirando en la dirección que había tomado la mujer que había depositado aquellas pertenencias y unas lágrimas de esperanza afloraron al entender lo que había pasado. Acto seguido, se quitó aquellas ropas y las destrozó con sus manos para que nadie se volviera a sentir así nunca más. Y desapareció entre el ir y venir de la ciudad.


Y así un hombre cualquiera ensalza la necesidad de seguir promoviendo la eliminación de la violencia contra la mujer cada día, más allá del 25 de noviembre. 

jueves, 16 de noviembre de 2023

Lo variado de la carta

Un hombre cualquiera acude a la mariscada apostada la víspera del resultado electoral de julio de 2023

El restaurante elegido es la más grande del mundo, porque se entra por Cádiz y se sale por Barcelona. Las dos calles del centro de Madrid por las que se puede acceder al restaurante. La carta está salpicada de Atlántico, Cantábrico y Mediterráneo. Y el cocinero conserva recetas tradicionales, sus cuadernos atesoran trucos culinarios aprendidos entre Finisterre y el Mar Menor. Y, también, su despensa se nutre de condimentos cultivados en los confines del reino y hasta productos conquistados en las islas construidas al calor de los volcanes. Un hambriento bagaje de mercados, menús, cocinas, maestros y platos con sabor a la receta de la abuela.

La variedad de una rica dieta se define por el aroma que aporta la rosa de los vientos. Una especia que se consigue con cada viaje y descubriendo sabores que por no probarlos se pierden sus matices y que al saborearlos se entiende el valor de fusionar tradición e innovación. Por ello, la vanguardia gastronómica se nutre al calor de la experiencia en los fogones y de los experimentos que nadie se atrevió antes a emplatar.

Y así un hombre cualquiera apunta al camarero la comanda con el eco cercano de la lectura del resultado de la sesión de investidura.

viernes, 3 de noviembre de 2023

Lo inconfesable de los pecados

Un hombre cualquiera pasea contra viento y marea en busca de los artificiales fuegos fatuos.

La incesante lluvia no apacigua la alevosía y nocturnidad intramuros. Dentro, las llamaradas crepitan cautivas en la soledad de la celda y, al alcanzarse la medianoche, su espectro asombra desde la indiscreta ventana. Los nervios se intentan manejar en un ir y venir incansable recorriendo la estancia y en la búsqueda de ideas y planes de huida por los recovecos de los pensamientos.


"Confesiones", Javier Alonso

El espacio de tiempo de la noche de muertos le hizo aparecer con un repiqueteo de nudillos al otro lado del alféizar. Un frío mortecino le atravesó el hábito hasta apaciguó la chimenea a unas templadas ascuas. Entre el cielo y el infierno, la oscuridad de la cerradura oculta el Purgatorio de los pecados inconfesables.


Y así un hombre cualquiera recita ante el monasterio: "No es verdad ángel de amor."

sábado, 28 de octubre de 2023

Lo ilusionante de las velas

Un hombre cualquiera agota octubre contando los días del calendario.

Cada 28 de octubre se inaugura calentando motores para que la locomotora recorra las primeras luces de bohemia del día. Aquellas que parecen transmitir en blanco y negro la realidad, como un televisor antiguo de la década de los 50, hasta que los primeros rayos de sol inundan de color la vida que renace entre las sábanas. 


Afuera el frescor de la mañana ventila los sueños y el airecillo de la libertad empuja al convoy para tomar velocidad. Él observa el amanecer desde la litera de su compartimento con la ventana abierta para que la brisa le dibuje animados peinados. Entonces comienza a desperezarse alzando los brazos con la victoriosa posición de un candidato que gana las elecciones con mayoría absoluta. 


Y así un hombre cualquiera enciende el nuevo día con la ilusión del fuego de las velas de una tarta de cumpleaños.

jueves, 12 de octubre de 2023

Lo saboreado de los viajes

Un hombre cualquiera asciende por el helio del globo aerostático hasta otear lo festivo del calendario en octubre.

Algunas vueltas al mundo no solo duran 80 días, porque viajar sin metas solo se consigue deseando nuevos horizontes con cada estrella fugaz. Cada sello en el pasaporte se tatúa en el cuaderno de bitácoras. Y los caminos recorridos se entrelazan en una guirnalda de postales turísticas, que decoran los recuerdos bajo el dorado reflejo del otoño. Al alzar la vista lo rojizo de los pájaros planean sobre el paisaje con la tranquilidad de un avión de papel sin prisa por alcanzar ningún destino.

Superando el vértigo, que te enseñan las horas de vuelo, la avioneta de Starman sobrevuela el paisaje describiendo un collage de granates, tostados y amarillos que colorean el sthendal de la otoñada. Allí abajo un colorado 600 serpentea entre los sarmientos y las alfombras de hojas para dibujar las colinas sobre las que suenan campanas. Ni las brújulas, ni los GPS son capaces de encontrar las coordenadas de la felicidad. Ya que las hornea a fuego lento la soñadora en pijama.

Y así un hombre cualquiera toma tierra, como cada 12 de octubre, para seguir saboreando la felicidad

jueves, 5 de octubre de 2023

Capitulo XVI: Lo inconfundible de las extraordinarias

Un hombre cualquiera se encuentra con humanas extraordinarias y mujeres inconfundibles entre las croissanteries parisinas y los medallones salmantinos.


Si ella hubiera estado en la construcción de la Torre de Babel, habría conseguido que sus arquitectos colorearan la cúspide con el azul del firmamento. Quizá, por ello, la intérprete del Cueto tiñe su mirada del color del cielo. O, quizá, le guste más el azul oscuro casi negro de la noche, porque su alma felina le llena de creatividad a la luz de la luna. Puede ser, también, que el satélite selenita le parezca un gigantesco gruyere al que darle buena cuenta con una copa de vino. Y parafrasear a Gary Oldman con una categórica afirmación, "I never drink wine". 


Si ella hubiera protagonizado el Crepúsculo de los Dioses habría conseguido que Norma Desmond volviera a brillar en el paseo de las estrellas. Quizá, por ello, se convirtió en dobladora para ponerse en la piel de otras vidas. O, quizá, la vida le mude a nuevos barrios y ciudades para encontrar las réplicas de Friends que se agazapan en los mapas. Puede ser, también, que use los mapas por su pagano espíritu de San Nicolás, siempre cargada de regalos y agasajos para alegrar el hogar. Y parafrasear al Sombrerero loco con una categórica explicación del "feliz, feliz no cumpleaños."


Y así un hombre cualquiera viaja al país de las maravillas para encontrar lo que caracteriza a lo inconfundible de las extraordinarias.


¿Recuerda más extraordinarias inconfundibles?


Capítulo I: Fílmica norteña

Capítulo II: Mecenas del Quijote

Capítulo III: Forzuda equilibrista 

Capítulo IV: Alumbrante de historias 

Capítulo V: Soñadora en pijama

Capítulo VI: Aventurera de las siestas

Capítulo VII: Irónica politóloga

Capítulo VIII: Conversadora berciana

Capítulo IX: Sonriente comunicóloga

Capítulo X: Teniente con rizzo

Capítulo XI: mademoiselle del vestido burdeos.

Capítulo XII: Embajadora de la city

Capítulo XIII: Narradora de vivencias

Capítulo XIV: Guerrera de los Ancares

Capitulo XV: Venerable camarada 

domingo, 1 de octubre de 2023

Lo soleado del horizonte

Un hombre cualquiera cierra los ojos al oír un sí quiero con acento Atlántico.

Al recobrar la mirada, el azul del mar le sitúa en lo ondeante de la playa. Un recuerdo veraniego en el recién estrenado otoño. El sol se refleja en las sonrisas, destella en los brindis y perfila la felicidad compartida. El giste de las Estrellas se teje hasta vestir un cheque en blanco de proyectos y futuros juntos. Y lo burbujeante del Sagre se escurre entre los dedos hasta materializarse en lo dorado de las alianzas. 


Allí, a pie de playa un par de sillones setenteros se acomodan para emprender el viaje. La vida se toma un respiro para perfilar horizontes azules sobre un skyline de bateas y olas. Y la orilla se humedece por la frescura de las mareas, que avivan lo carmesí de los claveles al calor de la Vila Morena.


Y así un hombre cualquiera parpadea por la marítima emoción que acompaña a la felicidad.

sábado, 16 de septiembre de 2023

Lo enjaulado de la libertad

Un hombre cualquiera se encuentra en el alféizar de su balcón un alterado y nervioso ejemplar de azulejo de las montañas.

El pequeño pájaro parecía desconcertado y su actitud huidiza demostraba que escapaba de algo. La tranquilidad de la mañana de domingo de septiembre vaciaba la calle de tráfico y rutinas, sin rapaces a la caza. Lo desierto del vecindario tampoco parecía albergar peligros inminentes. Y hasta las palomas parecían haberse ausentado. Lo exótico de aquella criatura hizo disparar la cámara para capturar su imagen. Las primeras pesquisas se aventuraron a que un accidente había liberado al ave del zoo o de alguna tienda de animales. Pero resultaba extraño que sólo hubiese un pájaro y la migración desde América, quedaba totalmente descartada.


Al hacer zoom sobre la fotografía, el brillo de la anilla de la pata dejó leer el nombre de 'Larry'. La inmediatez de las redes devolvió una orden de búsqueda y captura internacional y, es más, el teléfono comenzó a sonar con un número oculto. Rápidamente apagué el teléfono, lo enterré en un tiesto de la ventana y me dirigí a la cocina para buscar una jaula de la despensa y un mendrugo de pan. Manipulé la miga en pequeños pedazos y fui usándola para atraer al Pulgarcito alado hacia su libertad entre los barrotes. Al echar un vistazo, vi un par de furgonetas negras con un aspa blanca dibujada en los laterales y un helicóptero merodeando por la calle, impulsando el cierre de las cortinas. La intimidad del hogar fabricó una indumentaria de anciana del armario de los disfraces. Un paraguas sirvió de bastón y Larry se agazapó en el carro de la compra. Bajando en el ascensor, sentí pasos apresurados subiendo por la escalera. Mi reflejo del espejo me devolvió a Emma Webster llevando de estraperlo a Piolín. Y debía ser convincente, porque el disfraz dió la pega para huir sin levantar sospechas. Unas calles más abajo alquilé un coche para huir al México ibérico. ¡Gibraltar!


Y así un hombre cualquiera salvó a Larry de la extinción premeditada por Elon Musk.

viernes, 8 de septiembre de 2023

Lo berciano de los sentimientos

Un hombre cualquiera vive enamorado de la patria chica que alumbró a la soñadora en pijama.

Esta histórica comarca serpentea colinas y montes con el fluir del Burbia, el Noceda y el Sil, bajo los ferroviarios puentes que convierten al negro carbón en incandescente luz. Entre los capitalinos montes de León y las cumbres de palloza nevada de los Ancares, la hoya berciana se colorea por el rojizo de sus labradas tierras, el áureo mineral de sus esculpidas Médulas y el verdor perenne de sus virginales encinas. Además, el Pantone de El BIerzo se atempera con lo tinto del Mencía, lo toscano de su otoñada y lo encarnado de sus cosechas. Aquellas que conquistaron los romanos, diezmaron los señores de Bembibre e inspiraron a Gil y Carrasco y a Fustegueras Valdés


El tesoro berciano, ajeno a las leyendas del arca templaria, se encuentra ubicado en los mapas por la peregrina cruz empedrada de hierro, la heráldica cruz concedida de Peñalba y la abanderada cruz blanquiazul de San Andrés. Y, por si las dudas desorientan al visitante, como les ocurrió a las siete hermanas peregrinas, las herraduras se aprietan en Compludo y las flechas amarillas guían hacia el perdón de Villafranca, camino del fin del mundo. Allí donde cada noche abdica el astro rey, mientras aquí los hogares se abrigan sin armiño al calor del fuego del hogar con aroma a lo cocido del botillo, lo asado de las castañas, lo espirituoso del Godello y lo carmesí de las cerezas.


Y así un hombre cualquiera se convierte en consorte berciano por derecho y, sin duda, por sentimiento

domingo, 3 de septiembre de 2023

Lo alumbrado de los descendientes

Un hombre cualquiera escucha el primer llanto del futuro a la orilla de la ría.

Los alumbramientos se producen a plena luz del día o en mitad de la noche. Su reflejo ilumina la sonrisa de la madre después de meses de espera y palpita en los deseos por cumplir que le recita al oído. Mataré monstruos por ti las noches que las pesadillas se agazapen en la oscuridad del cuarto. Acamparemos, como indios okupas, con nuestras banderas y bufandas en la ribera del Pupas. Te vestiré de chaleco y bombín para celebrar las noches de boda. Te llevaré a la tierra de los conquistadores para que nunca pierdas el norte. Sin duda, el amor de una madre son las raíces que amarran el hogar.


Los nacimientos se esperan a plena sol o la luz de la luna. Su reflejo ilumina el orgullo del padre después de meses de espera y enumera los proyectos por cumplir mediante susurros al oído. Mataré sirenas por ti en los atardeceres que sus cánticos te oculten nuevos horizontes. Te levantaré el ánimo las tardes de partido en Balaídos sin bendición de la Rianxeira. Te enseñaré a firmar de puño y letra un buen pacto entre caballeros. Te llevaré en peregrinación al Obradoiro para entender que el final de un camino es el inicio de uno nuevo. Sin duda, el amor de un padre es el tejado que abriga el hogar.


Y así un hombre cualquiera celebra los nuevos recuerdos que están por llegar.

domingo, 27 de agosto de 2023

Lo envidiado de los anhelos

Un hombre cualquiera se sumerge el alma en la frescura del Tera a los pies del espigón mejurero para imaginar otros tiempos.

El entramado de ramas y hojas enfría el mercurio y calma el acalorado calendario estival. Los turistas y lugareños descansan el cuerpo sobre la alfombra de hierba y enfrían la rutina bajo la película de agua. La pendiente se crece en altura y majestuosidad hasta almenarse sobre lo escarpado de la vista condal.


Desde lo predominante del castillo, el joven heredero se entretiene contando propiedades y territorios, hasta toparse con los siervos a las orillas del río. Sus ventanales le aíslan de las risas y los chapuzones. Su estatus no le permite entender sobre lo que el dinero no puede comprar. Y el reflejo de lo ilustre de la nobleza le deslumbra ante la dignidad de lo plebeyo. Pero, aquel instante de debilidad le hace anhelar la vida sin títulos, ni soledades adineradas. A pesar de la distancia, la mirada del heredero se cruza con otro joven sentado sin trono, ni posesiones a pie de río. Ambos se envidian con el desconocimiento de la distancia. Desde arriba se empequeñece lo oprimido y desde abajo se guarece lo solitario.


Y así un hombre cualquiera emerge el cuerpo en lo cristalino del río junto a lo poblado de Sanabria para volver a la realidad.

viernes, 18 de agosto de 2023

Lo socorrido de las canciones

Un hombre cualquiera se sorprende al encontrar una reposición veraniega de Los Vigilantes de la playa. 

Las imágenes del opening contienen aroma a aftersun, el tacto de los pies en la arena y el sabor salado de los chapuzones. El calor del verano se expande desde el crepitar de las hojas del calendario por lo febril de los termómetros y, también, sin duda, por la cámara lenta de cuerpos corriendo enfundados en encarnados bañadores. ¿A quién no le va a gustar?

En escena aparecen tres hombres con camisas hawaianas sobre sus toallas y tocan con sus guitarras "Staying Alive". A escasos metros uno de los socorristas saca a la orilla a un bañista que se está ahogando. Rápidamente, un corrillo de gente se arremolina para observar la maniobra de socorro. Los movimientos del socorrista se sincronizan con el ritmo del himno de los Bee Ges hasta que el bañista comienza a toser y los aplausos enmudecen el milagroso concierto improvisado.

Y así un hombre cualquiera imagina una campaña institucional para enseñar primeros auxilios a los ciudadanos al ritmo de la banda británica y protagonizado por Pamela Anderson y David Hasselhoff.

viernes, 11 de agosto de 2023

Lo instantáneo del presente

Un hombre cualquiera admira los instantes que se inmortalizan sobre el reflejo del mar.

Cuando termina el camino, sólo queda navegar por los recuerdos. Las barcas fondean en lo profundo de las vivencias para amarrar el tiempo, que se escurre por la borda. El salitre adereza los sinsabores y la brisa airea los tesoros. Sin cantos de sirena, ni la luz de los faros, el viaje se improvisa entre las pausas del oleaje. Pero, también, el final de un camino suele ser el inicio de uno nuevo. Las barcas mecen la espera de las millas por recorrer, que se arremolinan en el cuentakilómetros. El salitre sazona el hambre de aventuras y la brisa iza las velas blancas. Hay cantos de sirena y luces en los faros, el viaje no hace más que impulsarse con cada nueva ola.

"Maresía", foto cedida por Alex García

Sentado en un taburete sobre la escollera, el abuelo enseña a su nieta a tejer las redes para capturar la inmensidad del mar. Él, con la mirada cobriza por lo oxidado del tiempo, le cuenta, en pasado, la dureza del marinero, lo terrible de los temporales y lo naufragado de las pérdidas. Ella, que salpica con su mirada alegre lo azulado del porvenir, le habla, en futuro, de la recuperación de los océanos, la importancia de la ley de costas y la lucha contra lo climático de la ebullición. Ambos se miran, en presente, para dar continuidad al espacio-tiempo, lo que los mortales llaman vida.

Y así un hombre cualquiera aprecia como se desdibuja la instantánea al echar las redes al mar.

domingo, 6 de agosto de 2023

Lo desalmado de los salvavidas

Un hombre cualquiera observa, en la lejanía televisada, las retenciones de la operación salida de verano.

El coche tumbado ruedas arriba espera la llegada de las emergencias. El humo del motor, el polvo del airbag y las manchas de tierra muestran las irrefutables pruebas de lo ocurrido. Dentro los dos cuerpos se mantienen amarrados por el cinturón. Inertes, inconscientes y callados. Sólo algún pitido del vehículo rompe un mortuorio silencio.


Poco a poco, el humo se va difuminando, los cuerpos van siendo rescatados y la normalidad se va recuperando. El conductor y el copiloto se pliegan hasta acomodarlos en la caja. Allí descansarán hasta la próxima reencarnación. Fuera, sobre el asfalto, las normas de tráfico, el sentido común y las medidas de seguridad resucitan vidas, cada día. Mientras, los desalmados dummies seguirán salvando vidas en cada ensayada prueba de choque.


Y así un hombre cualquiera valora la sensatez del tiempo a la descerebrada velocidad.

sábado, 29 de julio de 2023

Lo reconstruido de los monstruos

Un hombre cualquiera se levanta con un molesto zumbido de oídos entre polvo, cascotes y papeles, tras la atronadora explosión.

La oficina contenía mesas, archivadores, pantallas y ordenadores, pero ya no se parecía a una oficina. El agujero de la fachada a la carrera de San Jerónimo conseguía atraer algo de aire fresco y, también, filtraba el incesante rugir de los leones ante la incertidumbre. La explosiva noche electoral había desmantelado la realidad. La que las encuestas habían manoseado y la misma que el origami de votos había reconstruido. El resultado era el mismo paisaje, pero totalmente cambiado por la lava de la erupción. Todo había cambiado, para que todo siguiera atípico, parafraseando a Giuseppe di Lampedusa.

En mitad de la oficina, una mesa y un par de sillas enfrentadas estaban ocupadas por un hombre de uniforme y de flequillo revoltoso ante el vientecillo de la libertad, que entraba por la abertura, y un gigante deforme de extremidades dispares y movimientos lentos. Ambos se afanaban en la apertura de unos tacos de sobres y el conteo de las misivas que rescataban de su interior lo que había llegado del exterior. Las cuentas clarificaron el resultado hasta entonces provisional y las decisiones de allende los mares ratificaron el resultado. El Fürher se levantó indignado: "Un monstruo no puede gobernarles. Imperaría el miedo". Ipso facto, Frankenstein se puso de pie: "Tú me ves como un monstruo porque tú mente me imagina así. No eres capaz de verme como una suma de las diferentes realidades. Tú sí que no puedes gobernarles, tú eres un asesino de discurso, de actitud y, si te dieran poder, de obra". El gigante recogió los resultados y se encaminó a cambiarlos por escaños al Congreso de los Diputados.

Y así un hombre cualquiera comenzó a recolocar el caos de las oficinas de la Junta Electoral Central.

miércoles, 26 de julio de 2023

Lo inconfundible de los extraordinarios

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanos extraordinarios y hombres inconfundibles entre lo dicho de los rumorosos y lo universitario de los ideales.


La rebeldía de la juventud se defiende contra las injusticias, se manifiesta por la materialización de sus valores y se construye sobre los cimientos de sus creencias lo que se quiere ser en el futuro. Sin duda, la persona que mejor representa este planteamiento de vida es el concienciado rebelde. Un hombre sin miedo a la maldición de los gatos negros. Un hombre cuya lengua moldea su acento para nacionalizar sus discursos. Un hombre licenciado en carreras imposibles subido a lomos de un burro. Un hombre imperturbable a los efectos alevosos y nocturnos de los espirituosos que nublan la razón. Un hombre que apóstata de milagros, pontífices y meapilas. Un hombre capaz de soliviantar lo heroico de los silencios. Un hombre con una intelectualidad que reverdece desde los tiempos de Breogan. En definitiva, un hombre leal a sus principios y a quienes le acompañan.


Sus ideas son capaces de hacer brotar claveles en lo yermo de los cañones. Sus pensamientos se iluminan en plena oscuridad con lo izado de las estrellas. Sus planes se plantean sin fisuras con lo armonioso del compás del Bella Ciao. Sus rúbricas afirman alianzas aleadas a corazón abierto. Y su patria abriga ó caron do fogar.

Y así un hombre cualquiera reivindica la conciencia de los rebeldes que caracteriza a lo inconfundible de los extraordinarios.


Y aquí se reúne lo inconfundible de los extraordinarios:

El mafioso polaco

El tertuliano de las antípodas

El buenhumorado sureño

El arquitecto de utopías

El sosegado rebelde

El dueño del bigote

El fan de los festivales

El compositor de los vuelos

El coleccionista de cómics 

El mañoso baturro



viernes, 21 de julio de 2023

Lo velado del anochecer

Un hombre cualquiera pasea por Madrid entre febriles termómetros sin mitones, ni guantes.

La ciudad aprovecha para restaurarse y reformarse con antelación a que los árboles se deshojen por la gravedad terrenal. Los andamios, las vallas y los conos se multiplican como una invasión silenciosa de curris exiliados de Fraggle Rock. Los montones de arena y las pilas de adoquines convierten las calles en un apocalíptico escenario para una batalla campal.


Y las fachadas de los edificios se cubren con inmensas lonas y al filo del anochecer. La ciudad se prepara para una nueva velada de boxeo. Los contendientes han empapelado farolas y paredes con sus fotografías para buscar apoyos ante la pelea. El calor del verano perla sus ideas ante unos rostros quemados por un cambio climático sin atajar. Unas calles más abajo, un candidato con dos lados derechos de su cara se conserva ante los elevados grados políticos y centígrados. En la misma dirección, la fábrica de monstruos alertan de lo peligroso de las monstruosidades. Y, sin aerosoles, una incestuosa réplica del beso entre hermanos muestra lo estrecho de las fronteras. A la vuelta de una avenida, a pleno sol, se desdibuja una futurible dicotomía del technicolor al temible blanco y negro.


Y así un hombre cualquiera introduce su entrada para la velada en el sobre antes de votar sobre su futuro.

domingo, 16 de julio de 2023

Lo imaginado de la eternidad

Un hombre cualquiera acude al funeral de Francisco Ibáñez para llorarle, desgraciadamente, sin risas de por medio.


La capilla ardiente se instala en la azotea de 13 rue del percebe para acercarse, lo más posible, a la altura del maestro. Mientras en la entrada, el colmado de Senén cuelga un cartel de "abierto por defunción" para hacer caja con su promoción 2 por 3 en paquetes de pañuelos. Y, por su parte, la comunidad de vecinos ha pedido a Pepe Gotera y Otilio reparar el ascensor para la ocasión. Pero, la cotilla de la portera y Don Hurón sospechan del arreglo y esperan a pie de calle para indicar a los asistentes el uso de la escalera y, también, cotillearles sobre su relación con Ibáñez. De hecho, la representación de la T.I.A., encabezada por el Superintendente, Mortadelo y Filemón, Bacterio y una desconsolada Ofelia, sufren del improvisado tercer grado. Sin embargo, no sueltan prenda de la operación secreta para descubrir la epidemia de tristeza que sufre el país.


En las plantas superiores los vecinos van subiendo desconsolados por la escalera. Doña Leonor ordena a sus inquilinos que vayan a despedirse de Don Francisco, escaleras arriba, y el veterinario aprovecha la consulta de los elegantes pingüinos de la anciana de la protectora del segundo para que le acompañen en la despedida. Más arriba, los terribles angelitos del tercero lloran desconsolados la pérdida, abrazados a su infatigable madre, a la que le va cosiendo unos remiendos el sastre de camino al velatorio. Allí se encuentra Ceferino Raffles y su mujer que le roban las gafas y el lápiz a Ibáñez, por lo innecesario de dichos objetos a partir de ahora. Y en un momento de altruismo, le regalan las gafas a Rompetechos, que llegó allí sin saber muy bien cómo, y al ponerse las gafas se topa con la triste realidad y ni fuerzas le quedaron para enfadarse. Y se abraza, en busca de ánimo, a Manolo, el pintor. Poco a poco, todos acuden a la inexorable despedida. Finalmente, llega el botones Sacarino con una carta del difunto con el título de "Mi herencia". Entre sollozos lee el contenido: "Queridos personajes de mi imaginación. Os di todo lo que tenía: una vida llena de historias. Ahora sólo os puedo dejar una gran herencia: la eternidad. Una eternidad para que viváis para siempre vuestras historias en la memoria de los lectores."


Y así un hombre cualquiera vuelve a casa para animarse al calor del humor de los tebeos.

viernes, 14 de julio de 2023

Lo histórico de las huellas

Un hombre cualquiera se fija en el montaje que une las fachadas de la catedral de Pamplona y Notre Dame en el escaparate de la Estafeta cerrada por el 14 de Julio.

El montaje recuerda a otros tiempos de ambas ciudades y muestra el paso de la Historia, que deja huella y marca sobre calles, edificios y monumentos. El porvenir comienza conociendo la historia previa. De hecho, Margot y Amélie suben de la mano las escaleras del metro de Le Bastille. La madre le va explicando el origen del 14 de julio con la Toma de la Bastilla y la revolución que cambió el orden establecido por la gracia del cetro terrenal y del divino. Ante la plaza, Amélie pregunta por la ubicación de la fortaleza (bastille). Margot saca de su mochila una tablet y abre una aplicación fotográfica. El objetivo enmarca la plaza y por arte de la tecnología los torreones y murallas aparecen sobre el adoquinado. Amélie asombrada mira hacia su padre y su hermana al ver la recreación.

Al mirar la realidad la pequeña se entristece por la ausencia de la construcción. Fermín, al darse cuenta de la expresión de Amélie. Le coge de la mano y le lleva unos metros más adelante en la acera. Al llegar a cierto punto, se paran en seco y el padre se baja hasta la altura de su hija. Y, entonces, le cuenta al oído que la Historia está siempre presente, aunque se destruyan edificios, se transformen las ciudades o los protagonistas hayan desaparecido. Ella le mira sin entender lo que le ha dicho. Entonces la mano de su padre le señala hacia la izquierda y sus miradas se encuentran con Margot y Edith sentadas en el suelo, cámara en mano. Ambas le señalan al adoquinado, que esboza una línea continua y distinta al resto del suelo. Y Fermín le dice, la Bastille sigue estando en la plaza y se dibuja con esta triple línea de adoquines. La cara de sorpresa de Amélie con la tricolor francesa en las mejillas y la carcajada del padre con el pamplonica pañuelo rojo al cuello, tras desvelarle el descubrimiento, quedan retratadas para la posteridad. 

Y así un hombre cualquiera coge una tiza y escribe "désolé pour moi" frente a la Estafeta por el 14 de julio.



¿Y qué ocurrió otros 14 de julio?

viernes, 30 de junio de 2023

Lo filmado de los mimos

Un hombre cualquiera se engancha sin palomitas ni butaca de terciopelo a las historias que filma cada día la soñadora en pijama. 

Ella es la deidad de madera de encina en un templo descubierto por un arqueólogo cualquiera. Ella es el tesoro escondido en un arca buscado desde la antigüedad. Ella es la razón para enrolarse, como templario, en una cruzada. Ella es el arco iris que la luz refracta en el cristal de la eternidad de una calavera. Ella es el programa perfecto que encuentras en el radiofónico dial del destino. 

Si buscarán una Indiana Jones para sustituir a Harrison Ford, sin duda, sería una soñadora en pijama. Su periodística curiosidad le improvisa divertidas aventuras para escribir un libro. Sus cualidades culinarias te hacen viajar alrededor del mundo con sus universales y exquisitos menús. Su forma de contar la vida entretiene y enseña con la clarividencia de un viejo maestro de historia. Su instinto maternal consigue encontrar tesoros escondidos, un don fundamental para un arqueólogo de éxito. Y su atractivo innato se acentúa bajo el ala de un sombrero y con el poderío de un látigo a mano (incluir sonido de látigo reproducido por Chandler Bing)

Y así un hombre cualquiera descubre, cada 30 de junio, que la soñadora en pijama mima cada proyección para crear una obra maestra.

viernes, 16 de junio de 2023

Capitulo XV: Lo inconfundible de las extraordinarias

Un hombre cualquiera se encuentra con humanas extraordinarias y mujeres inconfundibles sobre lo homenajeado de los parques y bajo lo atesorado de las anécdotas.

La vida es una carta de Pantone que muestra las ideas, sentimientos y estados de cada persona, según la gama cromática que haya elegido. Sin duda, la venerable camarada colorea a propios y extraños con su colorista visión de la vida. Sus pensamientos se pintan en morado y se perfilan en un llamativo rojo para marcar los lugares seguros y las líneas fronterizas. El verde salpica sus conversaciones para enrojecer a sus conversadores y dibujarles una sonrisa. El rosa le recuerda que no se debe etiquetar y el amarillo tiñe de nostalgia los recuerdos de los álbumes. Siempre ha sido una firme defensora de la escala de grises, porque marca posiciones y evita los extremismos. Y utiliza el negro para ironizar sobre las injusticias y los inhumanos modos con su imperturbable humor de hierro. De hecho, sus chistes y chascarrillos revientan con una sonora carcajada y recubren el subconsciente con una perlada capa de reflexión.


Su hogar es fortaleza y museo. Las paredes son un lienzo de anécdotas y regalos que expone en forma de carteles, cuadros, fotografías y esculturas. Un artístico decorado para representar el Stendhal sin salir de casa. Y todas las mañanas abre feliz las ventanas para que el cierzo impulse sus sístoles y diástoles. Sin almenas ni torreones defiende a la pequeña Agustina de Alarcón contra las negras tormentas y las nubes oscuras.


Y así un hombre cualquiera mezcla colores para pintar lo que caracteriza a lo inconfundible de las extraordinarias.



¿Recuerda más extraordinarias inconfundibles?


Capítulo I: Fílmica norteña

Capítulo II: Mecenas del Quijote

Capítulo III: Forzuda equilibrista 

Capítulo IV: Alumbrante de historias 

Capítulo V: Soñadora en pijama

Capítulo VI: Aventurera de las siestas

Capítulo VII: Irónica politóloga

Capítulo VIII: Conversadora berciana

Capítulo IX: Sonriente comunicóloga

Capítulo X: Teniente con rizzo

Capítulo XI: mademoiselle del vestido burdeos.

Capítulo XII: Embajadora de la city

Capítulo XIII: Narradora de vivencias

Capítulo XIV: Guerrera de los Ancares

sábado, 10 de junio de 2023

Lo vacío de la opulencia

Un hombre cualquiera pasea por el barri de Pedralbes y se sienta en un banco a observar la vida sin números rojos.

La realidad la tamizan por el oscurecido cristal de sus gafas de sol. Las compras se empaquetan en minimalistas bolsas de cartón con asas de lazo para no lastimar las hidratadas manos adornadas con anillos y cuidadas manicuras. Aquí el tiempo se aferra con cuero a las muñecas con los engranajes de la puntualidad suiza. Los cuartos se plastifican para no mancharse con el dinero negro. Y El color de la piel se esconde bajo uniformes, cofias y guantes de látex. Al final las apariencias se compran, las realidades se alteran y la vida se cuantifica en los dígitos de la cuenta bancaria.

Las vistas de la calle se intercalan con el gran ventanal del edificio de enfrente. Allí un hombre de avanzada edad permanece sentado con la mirada perdida. Le rodean muebles tallados por maderas nobles, retratos ecuestres de gran boato y estanterías a rebosar de libros. A su espalda el espejo refleja su coronilla y muestra una estancia vacua del alma de un hogar. Impoluta de cicatrices infantiles, ausente de felicidades enmarcadas y silenciosa de conversaciones cotidianas. Se levanta y vierte otro trago de licor sobre la copa de balón. ¡Un día es un día! Se acerca al espejo y parece decirse algo hasta brindarse a sí mismo sobre su propio reflejo. Una solitaria escena sacada de un lienzo de Edward Hopper.

Y así un hombre cualquiera entiende que el dinero no es capaz de llenar lo vacío de la opulencia.

domingo, 21 de mayo de 2023

Lo mundano de las reencarnaciones

Un hombre cualquiera pasea por un nublado Londres días después de la coronación de Carlos III.

Al otro lado de la calle, una presencia llama la atención a pesar de las almohadillas de sus pies y de su sigilosa forma de estar. Blanca, impoluta y señorial se interesa por la vida más allá de la biblioteca de la casa. Le rodean cientos de historias, pero su curiosidad y la vida en directo al otro lado del cristal le resulta más atractiva. Impasible y aristocrática parece la reencarnación de Isabel II. Desposeída de cualquier Pantone, la longeva reina viste de un fantasmal blanco en pleno Tooley street


Sin título. Ana Arias
Sin título, Ana Arias

Allí, lejos del abolengo palaciego y cerca de sus relucientes joyas, White, como se hace llamar ahora, vive en el mundano Londres. Allí le rodean lo cercano de los muelles, lo brindado de los pubs, lo embriagador de las destilerías y lo onírico de los teatros. Esta es su nueva vida felina y nocturna. En las noches tranquilas entre semana, la brisa del norte recita versos de John Keats y, en las noches de luna llena, algún vagabundo pasa gritando que es George Orwell. Además, en las noches de densa niebla, tocan las campanas de la desaparecida iglesia de Sant Olave en honor del noruego rey Olaf. Por tanto, no resulta tan raro que se reencarne en una mascota su graciosa majestad. 


Y así un hombre cualquiera se aleja camino al London Bridge, tras dejar a la reina en su nueva vida contemplativa.

lunes, 15 de mayo de 2023

Lo inconfundible de los extraordinarios

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanos extraordinarios y hombres inconfundibles entre las bañadas orillas del Ebro y el eco de los pozos de Alarcón.

Más vale maña que fuerza y más vale esforzarse que amañar. Esta filosofía de vida se aplica al mañoso baturro. Un pertinaz alma capaz de alcanzar los imposibles. Un cocinero capaz de aliñar una ensalada sin usar el más mínimo vegetal. Un zaragozano capaz de llegar al cielo de Madrid por intercesión de San Isidro. Y un hijo único capaz de formar parte de una familia numerosa.

Siempre intenta tener el cierzo de cara y, sino, usa el pilar más cercano para refugiarse de las inclemencias. Aunque el mejor refugio es el hogar con su Agustina de Aragón y con las defensas preparadas contra cualquier cincomarzada. Allí guarda su mejor tesoro que crece día a día con la vista puesta en el futuro, que se otea en el horizonte. Y, todo ello, perfectamente diseñado con la inspiración de Goya y el sentido común de Labordeta.

Y así un hombre cualquiera aprende de las mañas que caracteriza a lo inconfundible de los extraordinarios.


Y aquí se reúne lo inconfundible de los extraordinarios:

El mafioso polaco

El tertuliano de las antípodas

El buenhumorado sureño

El arquitecto de utopías

El sosegado rebelde

El dueño del bigote

El fan de los festivales

El compositor de los vuelos

El coleccionista de cómics 

Lo chulapo de los carteles

Un hombre cualquiera se encamina a la pradera con chaleco, gorra, un clavel ajado en la solapa de la mano de la soñadora en pijama y de una minichulapa.

El autobús urbano avanza por la avenida  lleno hasta la copa del madroño. Los cuatro gatos se rodean de felinos exóticos con indumentarias autóctona decorada de lunares y estampado de pata de gallo. Al llegar a la parada de la plaza de Marqués de Vadillo, el caótico jolgorio deja escuchar el hilo musical del organillo y los festivos brindis de la cerveza castiza y de importación. Desde la pradera a las Vistillas las chulapas y goyescas se enfundan las gafas de sol para ocultar la alegría de lo chulapo de los carteles, porque la noche anterior les ha dejado huella y ojera. El puente de Toledo salpicado de gorras, globos y pañuelos es un ir y venir de propios y extraños. Junto al templete del santo, una sonriente Lili de blanca goyesca y un entristecido Néstor de rojiblanco con chaleco se hacen un selfie con la atlética ausencia del Calderón. Les miran Rocín y Flaca sentados a su lado, porque desde la carabanchelera guarida del dragón se han cansado. Ante la gran multitud y para que sus mascotas no se agobien buscan  sombra en Madrid Río. Más al sur, la fiesta también se abre paso en Vallecas. Victoria y Almudena dan los últimos retoques a un photocall con su pradera sintética y el skyline de la ciudad para inmortalizar a los habitantes de la residencia con sus indumentarias chulapas. Los primeros en llegar, sorprendidos por la iniciativa, se animan a que Victoria les haga la foto de rigor. Mientras se preparan, la hija se convierte en paparazzi para fotografiar a su madre sonriente junto a su compañero, Paco. Sin saberlo, está será la primera foto de su cuaderno de bitácora.

La cartelería electoral inunda farolas, autobuses y paredes para las municipales del día 28. De hecho, Gloria y María con Vera en la mochila porta-bebes se encuentran junto al local de Izquierda Unida repartiendo las promesas de su partido. Tras el relevo, se dejan llevar por el gentío hasta su rinconcito de hierba y sombra para disfrutar del mediodía con la pequeña. De camino se han hecho con una bolsa de listas y tontas y que darán a probar a Vera, cámara mediante, porque sus caras ante nuevos alimentos son dignas de álbum. Las rosquillas las han comprado en el puesto de Manuela, que nerviosa no para de mirar el reloj. El motivo está junto al cartel de las fiestas. Un segundo cartel anuncia "Manuela: lo chulapo de los carteles. 75 primaveras con sabor a rosquillas". Su exposición de carteles de San Isidro será inaugurada a las 19:00 en la sala de la Casa del Reloj. Cada cartel va acompañado de una anécdota histórica o personal de cada año y una fotografía de Manuela para inmortalizar el tiempo. La exposición servirá para rememorar la vida de la protagonista y extender de forma extraordinaria las fiestas hasta alcanzar el verano. La inauguración la realizará Mercedes, la artista y vecina, que fue la inspiración de Manuela para la exposición cuando le regaló un dibujo de su corrala por San Isidro en pleno confinamiento. Su boceto es el cartel de 2020 y la fotografía de ambas vecinas aquel 15 de mayo.

Y así un hombre cualquiera brinda con la emperatriz berciana y la minichulapa por los amigos de siempre de la pradera.


Inspiración castiza con Mercedes deBellard

¿Te acuerdas de otros San Isidro?