sábado, 31 de diciembre de 2022

Lo paradisíaco de los propósitos

Un hombre cualquiera disfruta del último atardecer, desde las postrimerías del fin del mundo.

El luscofusco tiñe el horizonte de la nostalgia del tiempo vivido, pero con la experiencia para emprender el próximo camino. Sin callado, ni vieira; el peregrino observa el mar, libreta en mano con los propósitos para el nuevo año deslizándose del lápiz del carpintero. El sabor del futuro es un laberinto en espiral con la forma de la lengua de mil mariposas. Todas ellas revolotean entre sus vibrantes y valiosas vivencias sobre lo veraz de la vida.

El crepúsculo rojo, Juanchoff
"El crepúsculo rojo", Juanchoff


El listado de futuribles se describe con la esperanza de encontrar la Atlántida para evitar lo oscuro de las negras sombras y para acallar a las sirenas que enlutan la blancura de las velas ante los naufragios. En lo seguro del puerto y con los pies en la tierra, el peregrino ordena sus sueños y pensamientos en el cuaderno de bitácora. Lo anochecido se ilumina con lo artificial de las luciérnagas, que escriben el recorrido hacia un ¡Feliz 2023!

Y así un hombre cualquiera busca en las cartas de navegación lo paradisíaco de los propósitos.




jueves, 29 de diciembre de 2022

Lo inconfundible de los extraordinarios (9º caso práctico)

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanos extraordinarios y hombres inconfundibles entre una kilométrica chimenea sin el deshollinador de Mary Poppins y la meta de un kilométrico camino sin Forrest Gump.


Los mejores momentos de la vida se pueden esbozar en coloridas viñetas repletas de onomatopeyas y diálogos agazapados en bocadillos. Y el más indicado para administrar este tesoro es el coleccionista de cómics. Su alma de súper héroe cuenta con la fuerza de Hulk, el envidiado pelazo de Lobezno, la doble identidad tras las gafas de Superman, la elegancia en pijama de Spiderman y el estilo y porte de Batman. Su armario se nutre de tantos disfraces, marca Ibáñez, que podría sustituir a Mortadelo en las escenas de riesgo de la T.I.A. Y sin genética nórdica comparte con Thor su exquisito gusto por el perfume. Y, sin duda, la Liga de los Hombres Extraordinarios nunca estará completa sin su presencia.


A veces la vida se guioniza, sin intercesión de Hollywood, con los tintes de una comedia romántica. Y así protagonizar un remake de Friends a un rellano de distancia con la alquimista de Valdoviño, hasta comer felices un estupendo estofado de perdices. Más tarde, al más puro estilo de Disney, un hada madrina aparece para concederles la felicidad que se dibuja en sus sonrisas en las instantáneas. Y seguro que estarán preparando alguna superproducción para que la disfrutemos en pantalla grande con una historia basada en lo detallado de Amelie, lo atemporal de Regreso al futuro y lo aventurero de Jumanji.


Y así un hombre cualquiera colecciona lo imaginativo que caracteriza a lo inconfundible de los extraordinarios.



Y aquí se reúne lo inconfundible de los extraordinarios:

El mafioso polaco

El tertuliano de las antípodas

El buenhumorado sureño

El arquitecto de utopías

El sosegado rebelde

El dueño del bigote

El fan de los festivales

El compositor de los vuelos


sábado, 24 de diciembre de 2022

Lo necesario de lo esencial

Un hombre cualquiera se deja barba, se carga se regalos y se dirige hacia el norte.

Entre los presentes no incluye los mediáticos titulares de periódicos e informativos. Los tiempos irrecuperables de riñas y broncas sin sentido. La fría soledad huérfana de abrazos. Y la lejanía creada de excusas y pretextos.


¿Que se necesita para disfrutar de unas felices fiestas? Una mesa con todas las sillas ocupadas. Una cámara de fotos para inmortalizar el tiempo. Una receta que llene el plato con sabores de siempre. Una tableta de turrón para saltarse de estraperlo la dieta. Un álbum de fotos para recordar lo vivido. Y burbujas en la copa para impulsar los deseos de los brindis.


Y así un hombre cualquiera vuelve a casa para recordar la esencia.