martes, 31 de diciembre de 2019

Lo misterioso de los mensajes


Un hombre cualquiera espera en la marquesina del bus, iluminada por un misterioso anuncio en el soporte publicitario.

El cartel es completamente blanco con tres letras negras en el centro. Éstas se disponen centradas y con un tamaño considerable . Se puede leer, desde la lejanía, un apocalíptico mensaje. FIN. El bus tarda en arrancar lo que se tarda en alcanzar el último asiento. El conductor lleva la radio puesta y por el dial comienza la mítica canción de The Doors. 'This is the end...". En la pantalla informativa se indica que es 31 de diciembre y , de pronto, todo se funde a negro.

El autobús que ha avanzado unos escasos 10 metros, deja ver desde la luna trasera el reverso del soporte publicitario. 'Mañana comienza el futuro'. El reflejo del luminoso se imprime sobre los cristales de las gafas. La luz vuelve a iluminarlo todo y los altavoces vuelven a sonar: "The blue bus is calling us. Driver, where are you taking' us."

Y así un hombre cualquiera se embarca a descubrir los misterios de un ¡Feliz 2020!

martes, 24 de diciembre de 2019

Lo ilusionado de las esperas

Un hombre cualquiera descubre al camaleónico Papá Noel agazapado entre los anuncios de Coca Cola.

La vestimenta del personaje navideño que mutó, en los despachos de aquellos publicistas que inspiraron a Mad Men, para teñirse del rojo refresco americano. La razón residía en una fórmula secreta incapaz de combinar su verdoso traje con su barba blanca. Pero, afortunadamente, su cambio de look mantenía intacta la ilusión del despertar de la mañana de Navidad.

Ciertamente, la ilusión navideña se agazapa entre las trincheras de la imaginación, que atesoran los recuerdos. Como en la corteza del 'cagatió' que está bajo manta del salón esperando sorprender con sus regalos; en la sonrisa del 'Apalpador' que surge de su rojiza barba al recorrer los deseos que le susurran los futuros irmandiños; y, también, en las nerviosas conversaciones por los pasillos de las ikastolas esperando la llegada del 'Olentzero'. La ilusión no sabe de lenguas, desconoce las diferencias culturales o la importancia de las banderas.  Pero se transmite con las lenguas, forma parte de la cultura y crea las tradiciones.

Y así un hombre cualquiera recopila las ilusiones que se encuentra a su paso.

domingo, 15 de diciembre de 2019

Lo remoto de las islas

Un hombre cualquiera pasea bañando sus pies con el Mediterráneo, cuando divisa una isla geográficamente imposible frente a Catalunya.

Tal avistamiento procuró de ayuda experta. Las cartas de navegación de Judith Schalansky eran básicas para investigar aquel peñasco desconocido en el 'Atlas de islas remotas'. Aquellos mapas no necesitaban de brújula, porque nunca perdían su Nórdica.  Sin embargo, la precisión con la que se describen los islotes desperdigados, allende los mares, no coincidían con aquel frente a las playas de Gavá. La falta de respuestas dio paso a elucubraciones e hipótesis. Una república utópica a la deriva, un "[...] país es tant petit que des de dalt d'un camapanar sempre es pot veure el campanar veí [...]", una tierra prometida para los inmigrantes sin patria ni bandera o, quizás, la famosa isla donde los mitos viven hasta eternidad.

Sea como fuere, la imaginación articula imposibles para zafarse de la monótona realidad. Y frente a lo desconocido siempre la ciencia intenta poner los pies en la tierra. En tierra firme, porque la isla duró más bien poco. De hecho nunca existió, a pesar de los muchos pares de ojos que creyeron verla. No fue producto de su imaginación, como diría Anthony Blake, sino un efecto óptico. Fata Morgana, así se llama al efecto. Y refleja un cuerpo sobre la superficie del mar, de forma majestuosa, como si fuera el castillo del rey Arturo. Pero al ser una ilusión óptica se desvaneció como un castillo de naipes cuando soplan los aires de la República.

Y así un hombre cualquiera sigue paseando por la playa tarareando el 'Mediterráneo' de Serrat.