jueves, 31 de diciembre de 2020

Lo ilusionado del horizonte

Un hombre cualquiera, sentado frente al horizonte nevado, observa el último atardecer del año.

El vaho de sus exhalaciones se asemeja a las señales de humo de las chimeneas, junto a las que se prepara la bienvenida del año nuevo. Poco a poco, las sombras se van alzando sobre el paisaje ante la cada vez más tenue luz del sol. Fantasmagóricas siluetas van creciendo de los pliegues de las montañas, monstruos agazapados se muestran tras los edificios y los centenarios árboles con sus enrevesadas ramas parecen diseñados por el mismísimo Tim Burton. Sin duda, el escenario de despedida es digno de lo vivido en el año que termina.

El valle queda borrado entre escasos grises y pardos y una infinita negrura. La oscuridad comienza a salpicarse con tímidas pinceladas amarillas y blancas desde las ventanas de las casas, como miniaturas esbozadas por Hopper. El contagio se extiende con las multicolores luces navideñas que describen el alma del valle. Y, por fin, el alumbrado público ilumina el mapa de calles, plazas y parques para reencontrar la felicidad confinada.

Y así un hombre cualquiera se ilusiona por la llegada del próximo amanecer que despuntará desde el horizonte para un ¡Feliz 2021!

lunes, 21 de diciembre de 2020

Lo inyectado de la ficción

Un hombre cualquiera descubre que la situación supera a la ficción, hasta que de repente deja de hacerlo

Vicente Vallés inicia el informativo de la noche con cara de estupefacción para anunciar las primeras vacunaciones en Reino Unido. Tras dar paso al vídeo, la cámara enfoca a un cráneo alzado en una mano. El zoom se va abriendo, progresivamente, mostrando la cota de mallas, la gorguera y, por fin, aparece en pantalla William Shakespeare. Su semblante serio obvia la cámara, mientras declama: "ya que pides justicia, ten por cierto que tendrás más justicia de la que deseas." Acto seguido, a su lado, la enfermera aprieta el émbolo. El líquido con la fuerza de una góndola sobre el Gran Canal inyecta la vacuna de Pfizer. Su rostro se descompone por unos segundos hasta volverse a recomponer y proclamar: "El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra."

Al volver a plató, la cara del presentador es un cuadro, entre la incertidumbre y la incredulidad, porque  confirma que las vacunaciones han provocado mutaciones.  En pantalla el malvado Magneto cierra los ojos al sentir el pinchazo. Tras tragar algo de saliva, mira a cámara para afirmar: "el hombre siempre ha tenido miedo de lo que no entiende." De pronto se desvanece en el asiento y de su rostro surge una barba blanca y vuelve en sí. El mago blanco, Gandalf, se reincorpora y solemne tranquiliza a los asustados televidentes: "De nada vale especular lo que traerá el mañana." El mago se levanta hasta rozar con su gorro el techo y emprende su camino hacia la Tierra Media

Y así un hombre cualquiera se inyecta de ficción para inocular la eterna y vírica pesadilla.



martes, 8 de diciembre de 2020

Lo adelantado de lo navideño

Un hombre cualquiera se coloca el bombín y de la mano de la soñadora en pijama se adentra en la niebla londinense.

El paseo turístico discurre por un paisaje invisible, justo por el filo de la pipa de Sherlock Holmes, cuyo humo oculta las pistas para resolver el caso de este aciago 2020; sin brújula ni norte para encontrar el 221B de Baker Street. La reducida visibilidad convierte a los míticos autobuses rojos en réplicas del autobús noctámbulo de Harry Potter y las condensadas gotas blanquean los tiznados taxis en dirección contraria sobre el Támesis. Más adelante, las fantasmagóricas figuras de viandantes cruzando los pasos de peatones recrean la portada de Abbey Road, al ritmo del pop británico de los 60. Incluso la densidad de la niebla se asemeja al humo de los conciertos antes de la imposible actuación a dúo de Freddy Mercury y David Bowie, There's a starman waiting in the sky.

Entorno al mediodía, la bruma comienza a disiparse sobre azoteas, chimeneas y tejados. Y, entonces, un tímido sol comienza a adentrarse entre la nubosidad hasta definir la silueta de la Tower BT, pero la estructura ha mutado en el castizo pirulí de Torrespaña. Poco a poco, la cúpula de Saint Paul se achata a simple vista, dibujando la cúpula de la basílica de San Francisco. En el mismo momento que las campanadas del Big Ben dan las doce retumbando por toda la plaza de Sol, convirtiendo las redondeadas señales del metro en rombos perfilados en rojo ante la curiosa mirada del oso abrazado al madroño. A escasos metros, calle Preciados arriba, la aventurera de las siestas camina por la Gran Vía  con su azulada melena, que parece una extensión de los neones del edificio de Schweppes. Su mágica aparición le aporta un cinéfilo aire a lo Mary Poppins, sin paraguas, ni bolso. Sin embargo, de los bolsillos de su abrigo sobresale el pasaporte, regalos envueltos y desde su cuello se aprecian los cuadros escoceses de su camisa. Iluminada por la luz de un tardío sol de otoño acaricia con su sombra los adoquines madrileños, pisando el dorado camino que refleja el dinosaurio de su colgante, antes de inmortalizarse para la eternidad con el hombre de hojalata, el león cobarde y el espantapájaros.

Y así un hombre cualquiera celebra lo adelantando de lo navideño bajo el coloreado azul de Madrid al cielo.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Lo impreso de las ilusiones

Un hombre cualquiera escucha a un paciente despedirse de un familiar a las puertas del hospital, ‘Sólo puedo pedirte que me esperes al otro lado de la nube negra

Desde marzo el cielo ha estado encapotado cada vez que alguien ha sufrido por esta maldita pandemia. La misma que nos ha amordazado hasta dejarnos sólo con la triste y desolada expresión del alma al observar la realidad. Un agujero tenebroso que ha ido creciendo día a día para destrozar todo lo que se encontraba a su paso. El eco de aquella despedida retumba repitiéndose hasta el hartazgo, alcanzando el fondo de la profunda brecha abierta. Antes de abandonar el recinto del hospital al echar la vista atrás, la pared del edificio parece sangrar por una oscura grieta.  Un doloroso latido fruto del estrés, la pena y la tensión del personal sanitario, que desde el primer momento, se atrinchera en la primera línea de la batalla.

La curiosidad sobre el hallazgo solo se sacia acercándose sin la intromisión de la miopía. Poco a poco aquel sombrío hoyo se conforma por pequeñas piezas. Mejor dicho, figuras, inicialmente similares a las diminutas personas que Máximo San Juan esbozaba en sus viñetas. De hecho, un poco más cerca, las figuras se humanizan no sólo corporalmente, sino porque expresan sentimientos de superación, de reencuentro y de vida, tras escapar de aquella nube negra sin paraguas, ni resguardo. La grieta se convierte en una ilusión óptica, según la distancia, el observador puede definir el árbol o la inmensidad del bosque. Ciertamente, la pandemia, que ha atacado sin distinción, se narra por las historias que hemos vivido todas y cada una de las personas que habitamos este planeta azul casi negro.

Y así un hombre cualquiera acaba admirando el arte urbano de Pejac al entender que su imaginación ha impreso la solidaridad y el apoyo de todos, como parte fundamental de la cura a la pandemia.


Caricia, Distancia Social y Superación de Pejac

viernes, 20 de noviembre de 2020

Lo heredado de la historia

Un hombre cualquiera se sorprende con la reaparición televisiva de Arias Navarro en blanco y negro para anunciar: 'Franco ha sobrevivido'.

Al escribir la Historia se consigue la eternidad. De hecho, el santo grial de Indiana Jones realmente era un tintero, donde bebe la pluma que convierte en inmortales a sus protagonistas. La herencia del Caudillo quedó atada y bien atada al común de los españoles, tanto a los que le sobrevivieron, como a los que hoy en día desconocen de su existencia. Leyes, símbolos, instituciones, monumentos, callejeros, parkings, amnesias y hasta el agua del grifo; todas siguen fluyendo por la misma gracia de Dios que filmó el NO-DO. Aún hoy, la estatua del joven legionario Francisco observa, desde la ultramar Melilla, la supervivencia de arcos del triunfo, un mausoleo exhumado y pazos ocupados y placas de calles y pueblos que le rinden homenaje. La Historia no se debe borrar, ni reescribir, pero la exaltación fanática puede emborronar la lectura objetiva.

Hechos tan cotidianos cómo pedir una hipoteca, la expropiación estatal para una obra pública, la pertenecía a un colegio oficial de cualquier profesión o los secretos de estado que roban del Banco de España en la última temporada de la Casa de Papel; todo, a día de hoy, sigue regulado por legislación franquista. De hecho, entre la dictadura y la Democracia, la jefatura del Estado se movió únicamente 15 kilómetros, la distancia que separa al Palacio del Pardo del Palacio de la Zarzuela, eso sí, unidos por la misma carretera y abastecidos por el mismo pantano. Cuya agua embalsada fue utilizada para inundar lo morado de las banderas, lo femenino de la igualdad, lo popular de los himnos, lo vergonzoso de las fosas o, entre otros muchos, lo planeado de la enseñanza. A pesar del paso del tiempo, lo único desenterrado son los beneficios de los múltiples parkings del centro de la capital, administrados por los herederos del Caudillo.

Y así un hombre cualquiera entiende el eterno blanco y negro del 20 de noviembre en el calendario con un sempiterno Arias Navarro.

 

Lo que queda del franquismo, Miguel González

domingo, 15 de noviembre de 2020

Lo sacudido de noviembre

Un hombre cualquiera observa en el calendario los diez días que sacudieron el mundo, bajo la óptica de John Reed y el encarnado pincel de Fernando Vicente.

Octubre históricamente se ilustra en letras rojas, que acaban por teñirse de negro en las postrimerías del mes de noviembre. La firme defensora de que todo tiempo pasado fue anterior y que acontece que no es poco, la ínclita Nieves Concostrina, afirma ‘a todos los fascistas les da por noviembre’. Por ejemplo, el nazismo germano de bigote de cepillo de dientes, del alzamiento de brazo sin intención de coger un taxi y de afición a las reuniones con cerveza en la Bürgerbräukeller tenía marcado el 9 de noviembre como el germen de todo, ya que allí se forjó el Putsch de Múnich. Por su parte, el fascismo italiano de las amenazantes camisas negras, de la épica mussoliniana de boato y marcial paso y del medieval corporativismo gremial convirtió a noviembre en el mes de nacimiento del Partido Nacional Fascista. O, por acudir al fascismo patrio, el franquismo de la gracia de dios, de la ensaladilla nacional y del muera la inteligencia sobrevivió a alemanes e italianos por no glorificar noviembre, justo el mes que el régimen acabó agonizando. Así por justicia poética y con motivo de la noche de los cristales rotos y la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Lucha Contra el Fascismo.


'Rojo sobre negro', un hombre cualquiera
'Rojo sobre negro', un hombre cualquiera

La propaganda de los vencedores divulga su versión hasta convertirla en Historia. Sin diferenciar entre hechos reales o fake news, siempre que ensalcen a la causa. El truncado discurso de Unamuno frente a Millán Astray en la Universidad de Salamanca, que narró Amenábar en ‘Mientras dure la guerra’, sirve de punto de partida a Manuel Menchón para su documental sobre la mitificación creada alrededor del filósofo bilbaíno, ‘Palabras para un fin del mundo’. El documental narra la apropiación de la figura del intelectual por el régimen de Franco, a pesar de su posicionamiento político equidistante durante la guerra civil. De hecho, a pesar de la manipulada propaganda del franquismo que ideó que la razón de no conseguir el Nobel residía en la adhesión de Unamuno a la causa fascista; realmente, su crítica posición a los movimientos fascistas provocó las presiones de la Alemania nazi para no otorgarle el desierto premio de Literatura de la Academia de Suecia en 1935. Además, el histórico rector salmantino sufrió, por parte de la Falange y el bando nacional, extorsión, un confinamiento domiciliario por amenazas de muerte y que las causas de su muerte quedaran en entredicho, tras la visita del falangista Bartolomé Aragón en la tarde del 31 de diciembre de 1936. Con todas estas premisas del documental de Menchón, el régimen de Franco tergiversó la realidad y ocultó algunos hechos para manipular la Historia y falsificar la adhesión de Unamuno a su cruzada civil.


Y así un hombre cualquiera descubre otros oscuros días que también han sacudido al mundo.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Lo petrificado de los presidentes

Un hombre cualquiera recordará las elecciones presidenciales estadounidenses por la derrota de Trump y, sobre todo, por el descubrimiento del condado de Maricopa, gracias a Emilio Domenech.

Los estadounidenses han estado paralizados frente a las pantallas, como el petrificado Monte Rushmore, durante el largo escrutinio tras el 4 de noviembre. Una reñida contienda electoral, a pesar de cuatro años de una gestión presidencial a golpe de tweet, de los desplantes a la prensa, de la verborrea destructiva de sus discursos, de la cuestionable política exterior, de las fake news, de los muros y de la nefasta política sanitaria contra la pandemia. Esta excéntrica legislatura, obviamente, ha dado paso a una campaña extraordinariamente atípica. La polarización social por los incidentes raciales. La cuestionable lucha electoral de dos canosos políticos septuagenarios. La incontrolada pandemia mundial, que ha contagiado al candidato a la relección en plena carrera presidencial. El récord de votos al candidato vencedor con más de 74 millones de apoyos. El milagroso cambio de color político de estados tradicionalmente republicanos. La victoria de un vicepresidente demócrata sin suceder al anterior presidente demócrata. O, hasta el bloqueo institucional del presidente saliente, mintiendo a la población y amarrado al sillón del despacho oval. Una temporada digna  de los guionistas de House of Cards o el Ala Oeste de la Casa Blanca.

Pero, los resultados más sobresalientes de la votación son los que volverían a dejar de piedra a Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln. ¿Un hombre negro o un afrolatino abiertamente homosexuales elegidos representantes políticos de Estados Unidos? O, peor aún, ¿una mujer afroamericana ocupando un asiento en el Congreso? O, espera, Oh my God!, ¿una mujer de color asumiendo el cargo de vicepresidente del gobierno de Estados Unidos? Y es más, ¿y si a través de las listas electorales se eligen representantes musulmanes, nativos americanos o, incluso, transgénero? De hecho, los históricos presidentes se mirarían contrariados y se preguntarían: ¿Qué demonios es un transgénero? Lo peor de todo, que en pleno siglo XXI, el todavía Presidente, Donald Trump, tampoco entiende, ni comparte ninguno de estos resultados y situaciones personales, sociales y políticas. El casi expresidente republicano, el mismo que entró en la Casa Blanca con la torpeza de un elefante en una cacharrería,  sigue sin entender la democracia al patalear pidiendo que paren el recuento de los votos emitidos por el electorado. Quizás Trump fue alguno de aquellos extraterrestres que atacaban al Monte Rushmore en Mars Attack! Y eso explicaría muchas cosas...

Y así un hombre cualquiera se queda con la duda del resultado que habría conseguido Sanders y si Domenech consideraría al condado de Maricopa determinante con Bernie como candidato demócrata. 

domingo, 1 de noviembre de 2020

Lo impactante de los titulares

Un hombre cualquiera atiende al parte diario de la CNN sobre las elecciones a la Casa Blanca, cuando en el faldón de última hora aparece el titular: “Un asteroide camino a la Tierra”.

[…] yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón”, escribía Antonio Machado, quizá consciente de la fragilidad del planeta azul vagando en la inmensidad del universo. La vida, aferrada con los pies a la gravedad terrestre, se desarrolla alterada, complicada e inexorable entre la estratosfera y el salado nivel del mar, pero siempre inconsciente al destino intergaláctico. Ondas solares, supernovas, radiación gamma o asteroides son los cuatro caballos del apocalipsis, cuyas despavoridas carreras pueden descuartizar a la Tierra con la rápida y automática destreza de un vil asesino del Orient Exrpress.

Sin embargo, la humanidad cuenta con sus propias cápsulas del tiempo ante las amenazas apocalípticas. En la ártica isla noruega de Spitsbergen se asienta el búnker del Banco Mundial de Semillas. La denominada “cámara del fin del mundo” se sitúa a 130 metros bajo el Ártico y se gobierna por el Ministerio de Agricultura de Noruega, mediante un sistema de caja fuerte que escolta el granero mundial. Lo inhóspito del lugar ha hecho proliferar nuevos búnker. De hecho, a escasos kilómetros se ha construido el Banco Mundial de Oreo. La National Biscuit Company siguió la propuesta de sus consumidores, ante la llegada del 2018VP1, y creó una caja fuerte de hormigón para salvaguardar sus famosas galletas Oreo en todas sus variedades y sabores. Sin embargo, la cápsula del tiempo de Nabisco no incluirá las Chips Ahoy!, Belvita, Galletas Ritz, Triscuits o Thin Thins.

Y así un hombre cualquiera descubre que el asteroide no impactará contra la Tierra, como profecía apocalíptica por un posible segundo mandato de Donald Trump.

domingo, 25 de octubre de 2020

Lo paseado de las otoñadas

Un hombre cualquiera se cita con el otoño en el Retiro sin billete a la Toscana, ni salvoconducto hacia El Bierzo.

Al parque siempre accede desde el infierno, justo a 666 metros sobre el nivel del mar, con el ángel caído como cancerbero. Seguramente la muerte del ángel lo provocó un envenenamiento con esquirlas de porcelana disueltas en el café; sería metafórico porque la entrada se sitúa sobre la antigua fábrica de Porcelanas de la China, que destruyeron las infernales tropas napoleónicas. Bajo la estatua, una excursión escucha atentamente al guía, que les explica el origen del parque para disfrute y descanso de la familia real. “En el siglo XVII, el Príncipe de Gales visita Madrid y durante su estancia es alojado en el Cuarto Real del Retiro. Las condiciones de las estancias provocaron un conflicto diplomático y la partida del noble inglés. Como consecuencia, Felipe IV ordena al Conde Duque de Olivares la construcción del Palacio del Buen Retiro y los jardines con inspiración en Versalles”. La explicación despierta las carcajadas de los turistas, obviamente son ingleses y quizás se imaginan la situación con el actual príncipe y su Duquesa de Cornualles. Actualmente, por cierto, el parque no permite el acceso con caballos, salvo los de la policía. Un vistazo a Instagram le evade de la explicación del guía turístico y le encamina hacia al Palacio de Cristal con ganas de crear un montaje, como los de Hunter of History. La imagen se compondría con una fotografía de la actual exposición de Petrit Halilaj de flores gigantes, que recuerda al origen del palacio como invernadero de flores tropicales, y la toma de posesión de Azaña, como Presidente de la República, en mayo de 1936.Una brisa constante le alborota el peinado, mientras, al mismo tiempo, se sacuden las copas de los árboles y se precipita una  lluvia de hojas amarillentas y ocres para darle un aire bucólico al paseo, con el guion improvisado de un anuncio del Corte Inglés.

Al alcanzar la explanada del estanque, la escasa afluencia de gentes marca un silencio de conversaciones, golpes de remo y murmullos, que descubre el rugido del viento entre las ramas y los troncos que le rodean. Si aún existiera la casa de las fieras sería difícil distinguir el origen de aquellos sonidos entre la sinfonía de viento, los habitantes de aquel primer zoológico y los tertulianos de Telecinco.  El estanque permanece vacío a ojos de un ecuestre Alfonso XII. Sin navegantes enamorados, ni espectaculares naumaquias y sin un misterioso monstruo con familia en los Highlands. Tras abandonar el estanque, la alfombra de hojas sin escribir recuerda a la malograda feria del libro. La tristeza se acompaña de unas notas victorianas con violín que provienen de la entrada de la Puerta de Alcalá y qué llegan hasta su descanso a los pies de la fuente de los Galápagos. La miopía recrea unas figuras, en la lejanía, más similares a los personajes de Mingote, alcalde honorífico del parque, que a personas de carne y hueso. Después, se encamina decidido a perderse entre la arboleda hasta el petrificado Paseo de las Estatuas, las mismas que se desprendían de las cornisas del Palacio Real en las pesadillas de Isabel de Farnesio. Por superstición escapa de la precipitación republicana de las estatuas. Y, finalmente, el paseo otoñal se convierte en atemporal en el Parterre. El verde perenne de los cipreses topiarios incita a buscar a Eduardo Manostijeras moldeando las copas de los árboles, bajo la atenta mirada de Jacinto Benavente. Su divertida ocurrencia sobre el jardinero parece hacerse realidad con el misterioso chirrido de varias tijeras cortando. La ficción se apaga ante sus ojos al observar el roce de las puertas sobre el pavimento por el incesante viento.

Y así un hombre cualquiera traspasa la Puerta de Felipe IV para superar el otoñal síndrome de Sthendal.

 

domingo, 18 de octubre de 2020

Lo eterno de los trampantojos

Un hombre cualquiera admite la incansable capacidad del ser humano por crear lo invisible, alcanzando la materialización hasta de los desérticos espejismos.

El trampantojo convierte a los espejismos en obras de arte permanentes con olor a pintura y con texturas rugosas. Un arte urbano sin necesidad de enmarcaciones o pinacotecas para ser admirado y que humaniza la frialdad de las enladrilladas fachadas y los muros de contención. Esta  técnica busca la continuidad de la ciudad soñada o la creación de espacios olvidados o, simplemente, nunca pensados por la monótona rutina de los vecinos y viandantes.

En los últimos años, el arte urbano ha buscado nuevos espacios en las zonas rurales para colorear el grisáceo futuro provocado por la emigración, la falta de natalidad y el vértigo de la bajada de censados. La geografía se ha salpicado por el rural art, a través de murales, grafitis, vinilos, esténcil o pósters, entre otros métodos. Almagro, Cacabelos, Camprovin, Carballo, Castrogonzalo, El Provencio, Fanzara, Laguardia, Llanera, Miajadas, Moraleja, Ordes, Penelles, Puerto Lumbreras o Titanes; son algunos ejemplos de pueblos que deberían contar con la denostada señal de lugar turístico de interés. Unas apuestas artísticas y turísticas que van aportando color a un territorio en blanco y negro por su diezmada vida. Otro ejemplo de rural art, que aúna pasado y recuperación de memoria son los trampantojos de Romangordo. La apuesta artística utiliza la técnica del trampantojo en fachadas, paredes, puertas y ventanas para recobrar el costumbrismo de antaño y escenas cada vez menos rutinarias para las nuevas quintas.

Y así un hombre cualquiera visualiza el espejismo de la recuperación del esplendor del mundo rural.

Rural Art: Romangordo

domingo, 11 de octubre de 2020

Lo deseado de los viajes

 Uhombre cualquiera sobrevuela en globo aerostático las fechas imborrables sobre los primeros granates, ocres y tostados otoñales.

Algunas vueltas al mundo duran mucho más de 80 días. Las fotografías que rellenan los álbumes se convierten en postales de viajes en el tiempo con los momentos atesorados por la memoria. A vista de pájaro los aviones de papel describen con su estela mensajes invisibles sobre la línea del horizonte. Y, de repente, un manojo de globos lanzados a la inmensidad se pierde en la negrura de la noche, hasta convertirse en deseadas estrellas fugaces.

 Superando el vértigo, que te enseñan las horas de vuelo, el paisaje se colorea por los pájaros rojos que se adivinan entre los viñedos. Allí abajo un carmesí 600  imprime escenas sobre el asfalto de celuloide, al ritmo de la cascada voz de Sabina, en un almodovariano plano consecuencia de la entrañable imperfección de la felicidad. Las coordenadas cuadran sus cifras sobre los cuadernos de bitácoras y los pliegues de los mapas, que llevan inequívocamente a la soñadora en pijama.

Y así un hombre cualquiera toma tierra, como cada 12 de octubre, para conquistar nuevas promesas.

domingo, 4 de octubre de 2020

Lo resistente de las aldeas

Un hombre cualquiera encuentra, en pleno zapping, la ventana de una habitación de la República Democrática Alemana frente a la que se despliega la gigantesca pancarta publicitaria de Coca Cola ante la estupefacción de Christane Kerner.

 

La fórmula secreta de la pócima de Panoramix solo se da a conocer a los druidas de aquellas aldeas que resistan al imperio, por petición expresa de Goscinny y Uderzo. El protocolo se instauró con la transmisión del mensaje de boca de druida a oído de druida, alejando de esta forma el mensaje de las peligrosas orejas del imperio. Y aunque los imperios cambien de manos, las siguen utilizando para estrangular a los independientes. La Roma de nuestros días, Nueva York, impone su cultura para establecer su sistema económico. Este imperio comienza su invasión cinematográficamente desde Hollywood para proyectar su consumista estilo de vida en un mundo multi-pantalla. No hay que dormirse en los laureles, de hecho, tacita a tacita mantienen la vigilia con su cara achicoria de Starbucks. Ordenados en filas esperan su racionamiento, uniformados en impersonales atuendos de  moda de GAP. A pesar de la ausencia de druidas, cuenta con su pócima mágica con una secreta y burbujeante pócima, capaz de cambiar el verde por el brillante rojo de Coca Cola. Perfecta para acompañar a su grasienta dieta empaquetada en menús con patatas y hamburguesa del McDonald’s. Un imperio forjado en sucursales y filiales que se extienden desde el minifundio del Vaticano hasta la capital de la basta China. Como dirían Astérix y Obélix ¡Por tutatis! Están locos estos americanos…

 

Diez. Son diez  las numantinas aldeas galas que, al menos, no han sucumbido a la inmediatez de la comida rápida asentada sobre los portentosos arcos amarillos. Las aisladas Bermudas prohibieron la instalación de hamburguerías extranjeras a través del Acta de Restaurantes Prohibidos. Sin embargo, el mc menú bordeó la legislación al instalar hasta mediados de los 90 un restaurante en la base área de Sant George. En otras latitudes, la pertenencia al eje del mal conlleva la imposibilidad de apertura de la hamburguesería en países como Corea del Norte, Irán y Yemen. En el país musulmán incluso han creado un payaso sustituto con turbante y chilaba con la cadena de restaurantes Mash Donald’s. En otros puntos del globo, la resistencia más común es la quiebra, como le ocurrió a los establecimientos en Barbados o Islandia. De hecho, el país de Bjork se expone en el Reykjavik’s Bus Hostel la última hamburguesa que se compró en 2009. También, hay casos por las resistencias administrativas, el dueño de la cadena en Macedonia perdió su licencia por razones desconocidas. Y existen países con ausencia de restaurantes por falta de prospección comercial, como Montenegro, Zimbaue, Ghana o Camboya. Pero, la más curiosa razón para no instalarse en algunos países es la resistencia culinaria. Los niños bolivianos iban en busca del regalo del Happy Meal y dejaban la hamburguesa intacta. Y en Jamaica, los jamaicanos dejaron de acudir al McDonald’s por el pequeño tamaño de las hamburguesas. Y en todos estos países Ronald McDonald's tiene vetado el permiso de residencia y los puestos fronterizos no aceptan su pasaporte por ser persona non grata.  

 

Y así un hombre cualquiera escucha el vuelo de un helicóptero entre los edificios, que impiden descubrir si entre las garras del pájaro metálico se encuentra la emblemática estatua de Goodbye Lenin!

domingo, 27 de septiembre de 2020

Lo imperceptible de la realidad

 Un hombre cualquiera tiene una ventana enmarcada a Compostela, sin necesidad de certificado de empadronamiento, ni peligro de pellizcos de las Marías.

 Desde ella se observa la ciudad vieja construida en piedra, fría y húmeda a primera vista; pero el agua que la impregna se filtra por laberínticas espirales hasta acolcharse en el poso de los recuerdos.  Las mojadas superficies petrificadas impregnan las huellas, que acaban plasmándose en álbumes de fotografías. Al revisarlos, tiempo después, las lágrimas brotadas de las reminiscencias volverán a regar las vivencias y anécdotas  de los lugares habitados. El recorrido hacia los recuerdos sigue petrificado en  los reflejos de las conchas doradas por caminos sinuosos y estrechas calles, que fluyen hasta alcanzar el Obradoiro.

Frente a la catedral, los peldaños ascienden hasta alcanzar la ansiada gloria. Al adentrarse, como si se tratara de un cuadro del Greco, la mirada se fija en los ojos del Apóstol sedente, que siguen al visitante amarrado al cansancio de su bastón de peregrino. La quietud esculpida se envuelve por el rumor de una música, definida poéticamente por Rosalía de Castropois os gloriosos concertadores tempran risoños os instrumentos”. Desde la sonoridad de los arcos, los 24 ancianos de la Apocalipsis tocan el organistrum, las 14 citaras, los 4 salterios y las dos arpas. Sus medievales notas se hacen más presentes al subir el volumen de los cascos, la percusión reverbera sobre las maderas del siglo XII con el efecto de un instantáneo viaje en el tiempo. Hay que recolocarse las gafas de marca Barrié para no perderse los detalles del cincel y las trazas policromadas. Sin embargo, falta el murmullo de los susurros y los pasos recorriendo el tempo, el olor a incienso del botafumeiro o el tacto rugoso de la piedra sobre las yemas de los dedos; pero las aplicaciones aún tardarán en encontrar y copiar los detalles coartados por la virtualidad. Pero los esmeros trabajos de la Fundación Barrié se acercan vertiginosamente a conseguir captar lo imperceptible de la realidad.

 Y así un hombre cualquiera vuelve al salón de su casa al quitarse las gafas y los auriculares, pero sorprendido siente el rumor de una gaita, como la que suele resonar desde el arco de Xelmírez.


El Pórtico de la Gloria a un click de distancia

domingo, 20 de septiembre de 2020

Lo diabólico de los abogados

Un hombre cualquiera pasea la eternidad de Roma sin prisa, ni reloj en la muñeca sobre los adoquines que pisaron gladiadores y esclavos, curas y pobres diablos.

 

El cansancio de la tarde alcanza su merecido descanso sobre un petrificado banco del jardín de los naranjos. Su vista se alza a las copas de los pinos y naranjos y con un relajado cabeceo desciende hasta el horizonte. Sobre el muro del fondo del parque Savello se erige, en la lejanía, la cúpula de San Pedro del Vaticano. En la misma dirección en el extremo del banco, tras un transfocatto, aparece un hombre de mediana edad con barba canosa, traje oscuro y gafas bifocales, que lee un libro titulado ‘Paraíso perdido’. Su curiosidad delata una galopante miopía al fijarse durante varios segundos en la portada, incomodando al lector por la indiscreta investigación. Con un disimulado vistazo de reojo el lector carraspea para aclararse la voz.

 ‘Mejor reinar en el infierno, que servir en el cielo.’ Clama con voz profunda su lectura, hasta alcanzarle con su mirada.

 Ojiplático le devuelve la mirada y el hombre rompe a reir ante la reacción.

 Le he leído uno de los versos del poema de John Milton, que trata sobre el bien y el mal a través de Dios, Eva, Adán y Satanás. De hecho, el verso es afirmado por el diablo tras haber sido expulsado del cielo.

¿Está defendiendo al innombrable?Le pregunta entre bromas.

 Su carcajada le hace cerrar sus ojos por un momento.

 No, no soy el abogado del diablo, aunque yo he conocido a alguno Responde.

Sí, la adjudicatura está lleno de ellos. Le añade.

No, no… esos son todos aprendices, ya no existen abogados del diablo. De hecho el último fue despedido por Juan Pablo II.

¿Cómo? Le pregunta perplejo.

Sí, yo soy sobrino del último abogado del diablo. Sé que suena extravagante, pero ¿no piensa que toda la creencia católica se asienta en la incoherencia de lo imposible? La Iglesia contó con la figura del abogado del diablo durante cuatro siglos para examinar los procesos de canonización de beatos y santos y buscar, a través de esta figura, errores o fallos en los méritos del candidato antes de elevarlo a los altares.

 

La conversación sobre lo divino y lo humano continuó con un entretenido paseo por el Aventino. hasta descubrir la mirilla de la orden de Malta, que encuadra la grandeza de la cúpula de Buonarroti. Serpenteando la colina romana descendieron hasta la orilla del Tíber. Tras despedirse, tomó el puente Sublicio hasta alcanzar el Trastevere camino del hotel. Al llegar a la habitación, se descalzó y se tumbó sobre la cama, recostándose accidentalmente sobre el mando a distancia que encendió la televisión. En pantalla un noventero Keanu Reves encarna el papel del abogado Kevin Lomax, visitando el domicilio del asesino Alex Cullen para entrevistarse con él. Curiosamente, el emplazamiento elegido para esta escena de Pactar con el Diablo pertenece, en la actualidad, al apartamento privado en New York  de Donald Trump.

 

Y así un hombre cualquiera se sonríe ante las diabólicas casualidades que descubre a escasos kilómetros de las estancias del representante de Dios en la Tierra.

martes, 1 de septiembre de 2020

Lo dibujado de los salvavidas

Un hombre cualquiera escucha los inconfundibles acordes de Mediterráneo navegando por las cuerdas del patio de luces. 


El alba se deshace entre los rayos del sol con el que se despierta el día. A varios cientos de kilómetros, a la deriva una atestada barcaza surca el interminable horizonte azul; donde un centenar de rostros desconocidos se acompañan en un viaje mecido entre la esperanza, la preocupación y el miedo. Sin embargo, la ilusión les hace avanzar hacia el norte sin necesidad de brújula, ni de cartas de navegación.

La cálida humedad condensa el agotamiento de sus sueños sobre su frente. Allí en mitad del mar, rodeados sólo de agua, la sequía cuartea sus cuerdas vocales hasta dejarles prácticamente sin voz. La clave de sol, alcanzado su cenit, les convierte en una dubitativa nota en el vacío del marítimo pentagrama y sus silenciosas miradas comienzan a percutir un in crescendo con el reflejo de un increíble espejismo. El vaivén de las olas les impulsa a erguirse convertidos en un coro de náufragos que articulan, instintivamente, sus gritos de ayuda. Frente a ellos se materializa 'Louise Michel'. Ella acude sin dios, ni bandera, con la inocencia propia de una niña agarrada al salvavidas de una corazonada. Vestida de rosa y blanco el sol del mediodía arroja su menuda sombra sobre la cubierta del barco con el esmerado diseño de un grafiti de Banksy.

Y así un hombre cualquiera descubre en el vibrar de las cuerdas el vaivén de las olas, cerca del mar por los que renacen en el Mediterráneo.


martes, 25 de agosto de 2020

Lo incumplido de las normas

Un hombre cualquiera escucha alucinado un inconfundible bip bip en la desértica y calurosa sobremesa de agosto.


La arena del desierto conquista nuevos territorios sin volver atrás. Una carrera hacia adelante similar a la de un cazador tras su presa. A lo largo de la Historia hay múltiples ejemplos, pero los más animados han sido protagonizados por Silvestre y Piolín, Raska y Pika o Bugs Bunny y Elmer Fudd. Y que todos son herederos de los pioneros Tom y Jerry, que fueron parodiados con el desierto de Sonora de escenario y con el atrezzo de los inservibles productos de marca ACME (American Company that Makes Everything), por Chuck Jones. El mentor del Coyote y el Correcaminos  creó nueve no tan inquebrantables normas para la serie de dibujos animados y, también, permitió saltarse las leyes físicas universales a guionistas y dibujantes.

Sea como fuera, el Carnivourus Vulgaris y el Acceleratti Incredibilus incumplieron las normas de Chuck Jones y hasta las leyes universales por una razón fundamental, convertir su mítica persecución en carcajadas sin fecha de caducidad. Y, por ello, a pesar de la paradójica empatía con el villano, la gracia residía y reside en la eterna derrota del Coyote frente al Correcaminos. El sonido del claxon del ave, que inspiró con su velocidad a bólidos en los 60, y el uso del product placement, a pesar de las taras de los productos de la marca ACME, son clásicos imborrables del imaginario colectivo. Y sus atropellados gags, sus escasos diálogos y lo incumplido de las normas siguen y seguirán funcionando en las próximas generaciones.

Y así un hombre cualquiera se acerca intrigado a la ventana para descubrir una nube de polvo sobre la carretera que se pierde en la línea del horizonte, sin rastro del Coyote.

lunes, 10 de agosto de 2020

Lo fugaz de los tesoros

 Un hombre cualquiera se recuesta al atardecer sobre la arena de la playa frente a la escalerona.


La tierra prometida era líquida y azulada con un ligero sabor salado. Él lo atisba desde el desierto de asfalto, que le quema la planta de su pata de madera. Se mantiene pétreo y desafiante vestido con su casaca gris, carcomida prácticamente hasta el hombro de la manga derecha, bajo la que se dibuja su brazo tatuado. Su mirada fija con orgullo en el horizonte le convierte en un cíclope vigilante por el parche sobre su ojo izquierdo.

"La isla del tesoro", V. Cervera


Entre sus manos despliega el mapa del tesoro, que había arrancado del manuscrito que atesoraba en el bolsillo interior del chaleco. La fresca brisa marina le sacude el rostro hasta cerrarle los párpados y alcanzar  con su imaginación al ansiado cofre del tesoro. Al abrirlo el contenido rebosa hasta hundir sus pies entre las dulces cuentas de multicolores collares, los anillos decorados con joyas de piruleta y cientos de monedas doradas rellenas de chocolate. "¡Vamos Guille!", le despierta su padre, desde una manzana más adelante, de su marítima ensoñación. Corriendo, de vuelta con los pies en la tierra, se amarra a la mano paterna y retoman el camino al puerto.


Y así un hombre cualquiera con el cielo teñido con la bandera pirata espera los deseos fugaces de las lágrimas de San Lorenzo.

domingo, 9 de agosto de 2020

Capítulo IX: Lo inconfundible de las extraordinarias


Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanas extraordinarias y mujeres inconfundibles entre los pupitres de Unamuno y los campos de Delibes.

La inteligencia audiovisual destila parte de su alma de la montaña palentina y aprovechando que el Pisuerga pasa por Herrera, hay que presentar a la sonriente comunicóloga. El verano es eterno en el moreno de su piel, dorado por los paseos de la mano de Hércules, por los bailes en festivales junto a Mikel y los vuelos mágicos con Mary.

Los colores del arcoíris pintan sus recuerdos al huir del blanco y negro con el miope cristal de las gafas con que nos mira. Su gama de colores rompe como una ola el azul del mar, que tiñe las deportivistas orillas de Riazor. El verde de su montaña hilvana el traje para rescatarnos cuando las balas no reboten y volar no sea tan fácil. Siempre todo le combina con el amarillo de su estrella, que ilumina y guía con la potencia de la polar osa mayor. Y, sobre todo, el color caramelo que le da un sabor vintage a las fotografías de Instagram. Y con cada recuerdo añade nuevas tonalidades a su Pantone, salpicando en su particular 'Holi run' a los que le rodean. 

Y así un hombre cualquiera espera seguir disfrutando de los coloridos recuerdos que caracteriza a lo inconfundible de las extraordinarias.

¿Recuerda más extraordinarias inconfundibles?

Capítulo I: Fílmica norteña

Capítulo II: Mecenas del Quijote

Capítulo III: Forzuda equilibrista 

Capítulo IV: Alumbrante de historias 

Capítulo V: Soñadora en pijama

Capítulo VI: Aventurera de las siestas

Capítulo VII: Irónica politóloga

Capítulo VIII: Conversadora berciana

sábado, 25 de julio de 2020

Lo destilado de la realeza


Un hombre cualquiera abre el mini-bar de su habitación de hotel con vistas a las aguas del londinense río Támesis.

La colección de botellitas ordenadas, cuidadosamente, en el refrigerador parece un minúsculo expositor de un pub inglés. Resulta llamativa la transparencia de la réplica de una de las botellas con un beefeater dibujado en su etiqueta y, claro, estando en la ciudad del Big Ben, la bebida elegida debe ser un London Gin. Todo ello sin que las ideas políticas discutan con los gustos espirituosos, incluso las segundas pueden negociar puntos comunes sobre las primeras, siempre que se beba con moderación. El equilibrio etílico puede promover acercamientos entre republicanos convencidos y monárquicos acérrimos. Atraer posiciones entre los progresistas socialdemócratas y los conservadores radicales. O, también, extender acuerdos  entre laicos por la gracia de Dios y los meapilas más puritanos. Eso sí, la embriaguez desmedida puede provocar todo lo contrario. De hecho, la cafetería del Parlamento británico, escenario de beodos espectáculos y argumentos peleones, cuenta a la altura del zócalo con un cartel indicando la salida a aquellos que abandonan la estancia a gatas.

La reina Isabel II de Inglaterra, la segunda reina más colorida de la Familia Real británica después de Freddy Mercury, conocedora del talante negociador de las bebidas alcohólicas, tomadas con responsabilidad, ha comercializado su propia ginebra. Una bebida exportada, en la Edad Media, por Guillermo III, desde Holanda, y, posteriormente, importada, en la época victoriana, a la India para crear el gin and tonic contra la malaria y el paludismo de los soldados británicos. Así, Isabel II, inspirada por el zumo de gálbulas y enebrinas del enebro y aromatizada por especias, herbales y flores de los jardines reales, ha destilado el Buckingham Palace Gin. Eso sí, en formato de 70 centilitros para disminuir la embriaguez y fomentar la razonable negociación entre los miembros de la Muy Leal al Gobierno de su Majestad y los miembros de la Muy Leal a la Oposición de su Majestad.

Y así un hombre cualquiera brinda con el cristal de la ventana, empapado de gotas de lluvia, por una larga vida a la pérfida Albión.

lunes, 20 de julio de 2020

Lo lunático de las pedaladas



Un hombre cualquiera se cruza con un pelotón de ciclistas serpenteando la carretera que mide el perímetro del embalse de Barrios de Luna.

El asfalto de Madrid surcado por un pelotón camino de Valladolid inauguraba la primera edición de la Vuelta Ciclista a España. A mediados de la década de los 30, entre aquellos 50 aventureros sobre dos ruedas se encontraba el ciclista belga, Gustaf Deloor. A la sazón, 3431 kilómetros después, el campeón a pesar de las etapas de más de 250 kilómetros, la pesada bicicleta de hierro y el lastre de las herramientas y parches. De hecho, al cruzar la meta tomó impulso y se hizo con la segunda edición de la Vuelta en 1936. Y siguió pedaleando por la vieja Europa haciéndose con alguna victoria en el Tour de Francia. Pero, los mástiles de las esvásticas inutilizaron los radios de su bicicleta y le convirtieron en prisionero de los cruentos campos de concentración. Aquellas duras etapas  bajo la sombra de las chimeneas, sin embargo, dejaban un resquicio para los rayos de sol. Iluminados sus victoriosos laureles de campeón le llevaron a aprobar un examen para prisioneros belgas dentro de la estrategia de la Flamenpolitik. Y pudo liberarse para volver a casa. Allí, su futuro giró en torno a un pingüe negocio de neumáticos, pero sin parches todo acabó pinchando.

Y caminito de ultramar dejó a una Europa en plena pájara, perdida entre las pesadillas de posguerra. Al otro lado del Atlántico, el sueño americano se erigía en una estatua a la Libertad, que empuñaba una antorcha para iluminar el futuro de Gustaf Deloor, a través de la Ruta 66. Y al final de la Main Street of America alcanzó una inesperada meta en la soleada California. Allí se enfundó el dorsal de la empresa Marquardt Coporation en calidad de operario de motores dentro del proyecto Rockets. A pesar de tener los pies pegados a sus pedales, su contribución fue fundamental para crear el sistema de propulsión que llevaría al Apolo XI desde el Centro Espacial John F. Kennedy hasta articular un gran paso para la humanidad. Mientras Amstrong, Aldrin y Collins alunizaban el 21 de julio de 1969, el mecánico belga volvía a su tierra natal después de dos décadas y haber llevado al hombre a la Luna.

Y así un hombre cualquiera observa el reflejo del satélite sobre el pantano con el que comparte nombre en una casual y homográfica homofonía, en el 51º aniversario del alunizaje del Apolo XI.

martes, 14 de julio de 2020

Lo emocionado de las noticias

Un hombre cualquiera se queda absorto con una fotografía vacía de la plaza del Ayuntamiento de Pamplona en el último día de las fiestas.

Fermín pasea de la mano de Margot sobre el empedrado de la calle Estafeta con Amélie sobre sus hombros. Los tres enfundados de blanco con el pañuelo rojo al cuello y una mascarilla con una sonrisa dibujada sobre la boca. Los escasos transeúntes extrañan a propios y extraños a pocas horas de agotarse la semana grande. Faltan vallas en el recorrido del encierro, el bullicio es un rumor susurrado y los locales cerrados dejan sin alma a la ciudad.

De camino a casa las calles parecen más calmadas aún, hasta que llegan al hogar familiar. Allí, la familia de Fermín está revolucionada despejando la salida al balcón y los accesos a la ventana. Toda la ciudad se ha citado para cantar al unísono el 'Pobre de mí', asomados a los alféizar y terrazas. Margot y familia se hacen con la ventana del estudio. Colocan velas encendidas y se desatan los pañuelos anudados al cuello. Mientras padre e hija entonan la canción, la madre saca del bolsillo un pequeño pañuelo rojo con la inscripción: "San Fermín 2021" con un chupete amarrado a uno de los extremos. La emoción sumada a lo descafeinado de las fiestas encharcó los ojos de familia y vecinos con la buena noticia.

Y así un hombre cualquiera comienza a dibujar personajes sobre la foto del periódico para vaciar la soledad.

¿Y qué ocurrió otros 14 de julio?

sábado, 4 de julio de 2020

Lo oculto de los eclipses

Un hombre cualquiera  escucha por la radio la noticia del eclipse lunar, justo en el 51 aniversario del alunizaje de Amstrong, Collins y Aldrin.

El locutor anuncia que el eclipse alcanzará su punto máximo entorno al amanecer del domingo. Así las dos caras de la luna, por unos minutos, estarán ocultas para los miopes terrícolas. La noticia incluye la explicación sobre la cara oculta de la luna, que se propicia por las libraciones durante el periodo sideral, los 28 días entre cada luna, y el parejo movimiento de rotación y traslación. La combinación de movimientos y oscilaciones agazapan la calma de la cara oculta, surcada por los mares Australe, Moscoiense, Orientale e Ingenii. Y, también, dónde se sitúan los principales y más grandes cráteres y circos lunares. 

La Unión Astronómica Internacional que se ocupa de lo extraterrestre y lo científico, ha homenajeado, históricamente, a los profesionales de la Ciencia, poniendo sus nombres a cuerpos celestes, descubrimientos espaciales y accidentes geográficos selenitas. Pero frente a los agujeros negros del espacio, los homenajes pueden contener borrones también. Y la IAU se ha topado con la nomenclatura de los cráteres de Lenard y Stark, que habían sido dedicados a dos importantes científicos alemanes. Los nombramientos ya resultaban paradigmáticos por adjudicarles elementos geográficos de la cara oculta selenita; quizá para esconderles a los ojos de la Tierra por su apoyo a la causa nazi. Este hecho ha terminado por arrebatarles sus honores galácticos. De nada han servido sus aportaciones sobre los campos eléctricos y los rayos catódicos o sus Nobel de Física, porque han sido todos devaluados por sus ideas antisemitas, su alineamiento con el Fürher y sus ataques a colegas, como al mismísimo Albert Einstein. Por todo ello, el Grupo de Trabajo para la Nomenclatura Lunar busca propuestas para renombrar a los cráteres. Y ya que el satélite tiene nombre de mujer, los nuevos nombres podrían ser de científicas. Y al ser en la cara oculta sería una maravillosa metáfora del injusto lugar histórico al que han sido relegadas las mujeres.

Y así un hombre cualquiera vuelve a posar los pies en la Tierra al pinchar en la radio 'Fly me to the Moon'.

martes, 30 de junio de 2020

Lo encendido de las velas


Un hombre cualquiera coloca las velas encendidas que reflejan la ilusión compartida con la soñadora en pijama.

El día del cumpleaños refleja de alguna forma a la persona que se homenajea. Por ello, celebramos a la soñadora en pijama cada 30 de junio; justo en la mitad del calendario. El equilibrio, la velocidad de crucero óptima y el vaso medio lleno, que definen a la protagonista de las canciones que redoblan los latidos del corazón, a la musa de los sueños en planos secuencia con final feliz y a las pinceladas de color carmesí que siguen ruborizado unas mejillas cualquiera.

Pero, representa mucho más... Los atardeceres que dan paso a los sueños de una noche de verano, el aroma de las copas de vino embriagado los ingredientes que se doran por las ideas al horno, las estrellas fugaces que iluminan los deseos sobre Bagdad, los kilómetros inmortalizados en Technicolor por la Polaroid, los besos de Mimos que acaban sufriendo un inevitable síndrome de Estambul y, sobre todo, los rayos de sol que tatúan la felicidad con tinta invisible.

Y así un hombre cualquiera descubre en el humo de las velas los deseos pedidos por la soñadora en pijama.

lunes, 29 de junio de 2020

Lo abrazado de las bienvenidas


Un hombre cualquiera se despierta de la siesta por el sonido de un mensaje en su teléfono.

"Ya ha llegado", anuncia una foto de un abrazo que se adelantó sin disminuir un ápice la ilusión. El calmado silencio que se advierte antes de las esperadas celebraciones se cumplió y, mensaje a mensaje, las felicitaciones y la alegría se extendieron desde la Malvarrosa hasta San Lorenzo. Y, tras sobrevolar la Gran Vía, la cigüeña emprendió su regreso a la ciudad de la luz.

Alumbrado, perfumado y abrazado se prepara para inmortalizar recuerdos bañados por el Mediterráneo, a la sombra de madroños cada San Isidro y entre las verdes pinceladas del Paraíso Natural. La alegría de las bienvenidas se imagina sobre el lienzo coloreado por la esperanza del verde pistacho.

Y así un hombre cualquiera y la soñadora en pijama se quedan ensimismados imaginando las hojas del álbum por rellenar junto con la escanciadora de palabras y el levantino consorte.

domingo, 14 de junio de 2020

Capítulo VIII: lo inconfundible de las extraordinarias

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanas extraordinarias y mujeres inconfundibles entre las tascas de la capital y las riberas del  Sil.

Las sobremesas improvisadas se miden por el valor de las conversaciones; que se tejen entre divertidas anécdotas, pedagógicos conocimientos y soluciones perfectas para arreglar el mundo. El caso más singular se define por las palabras de la conversadora berciana. Su locuacidad descubre innovadoras didácticas para enseñar cómo mejorar el mañana a los niños de hoy. Sólo ella sabe enfocar la realidad con la riqueza de matices que colorean los cristales con la que los otros la ven. Y sus peculiares sueños se convierten en guiones de cortometrajes con planos secuencia para vídeos electorales.

Sus palabras recitan de memoria, a pie de pista, los versos entonados por Andrés Suárez. Las mismas palabras que apuntan sin herir, al más puro estilo 007, con la certeza de una Remington Steele. A veces las palabras codifican unas absolutas idioteces hasta desternillarse de risa en el sofá. En ocasiones, se derraman a borbotones, como un tetrabrik de leche en plena sobremesa. Pero, líquidas o solidificadas, sus palabras relucen con el innato reflejo dorado, nacido de las entrañas de las Médulas. Y, entre líneas, se agazapan los simbólicos secretos templarios para encontrar el arca perdida. 

Y así un hombre cualquiera espera seguir disfrutando de las conversaciones que caracteriza a lo inconfundible de las extraordinarias.


¿Recuerda más extraordinarias inconfundibles?