martes, 24 de diciembre de 2019

Lo ilusionado de las esperas

Un hombre cualquiera descubre al camaleónico Papá Noel agazapado entre los anuncios de Coca Cola.

La vestimenta del personaje navideño que mutó, en los despachos de aquellos publicistas que inspiraron a Mad Men, para teñirse del rojo refresco americano. La razón residía en una fórmula secreta incapaz de combinar su verdoso traje con su barba blanca. Pero, afortunadamente, su cambio de look mantenía intacta la ilusión del despertar de la mañana de Navidad.

Ciertamente, la ilusión navideña se agazapa entre las trincheras de la imaginación, que atesoran los recuerdos. Como en la corteza del 'cagatió' que está bajo manta del salón esperando sorprender con sus regalos; en la sonrisa del 'Apalpador' que surge de su rojiza barba al recorrer los deseos que le susurran los futuros irmandiños; y, también, en las nerviosas conversaciones por los pasillos de las ikastolas esperando la llegada del 'Olentzero'. La ilusión no sabe de lenguas, desconoce las diferencias culturales o la importancia de las banderas.  Pero se transmite con las lenguas, forma parte de la cultura y crea las tradiciones.

Y así un hombre cualquiera recopila las ilusiones que se encuentra a su paso.

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