Un hombre
cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanas extraordinarias
y mujeres inconfundibles entre las aulas de Unamuno y las rojizas
tierras templarias de la Comarca.
Desconozco los ingredientes de su receta y las medidas de su
molde, pero su aroma y sabor son eternos, como el tiempo sobre Roma. Una musa
que inspira con el solo sentir del rumor de sus latidos, el caso más empático con esta afirmación
se siente, día a día, con la soñadora en pijama. Ella tiene la innata
capacidad de ahuyentar a las pesadillas, porque la vida es sueño y los sueños
los transmite en riguroso directo a través de sus kilométricas etiquetas de
instagram. Esto es, además, un curioso modo de definición de las cualidades que
forjan su personalidad y habilidades. Como su secreto trabajo para la TIA, donde
asesora al departamento creativo y de eventos del agente Mortadelo.
En sus ojos se reflejan las estrellas fugaces de Bagdad con
cada proyecto que sobrevuela su prolífica imaginación. Se apunta a un bombardeo,
convirtiendo a un hombre cualquiera en un Gila, sin teléfono ni enemigo. Pero,
él se deja llevar por su contagioso ritmo, aunque nunca le podrá escribir la canción
más hermosa del mundo, ya que se le atragantan los sonetos y le tiemblan las
piernas, sentado en un taburete de bar, con solo imaginarla susurrar una sola sílaba
de la canción.
Y así un hombre
cualquiera aprovecha para dormir a pierna suelta buscando el cálido frescor
de los sueños que caracterizan a lo inconfundible de las extraordinarias.
¿Recuerda más extraordinarias
inconfundibles?
Capítulo I: Filmica norteña
Capítulo II: Mecenas del Quijote
Capítulo III: Forzuda equilibrista
Capítulo IV: Alumbrante de historias
Capítulo I: Filmica norteña
Capítulo II: Mecenas del Quijote
Capítulo III: Forzuda equilibrista
Capítulo IV: Alumbrante de historias
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