domingo, 28 de enero de 2018

Capítulo VII: Lo inconfundible de las extraordinarias

Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con humanas extraordinarias y mujeres inconfundibles entre lo universitario de los campus y el vuelo del botafumeiro.

Las ciudades son escenarios que se añoran por las vidas que las ocuparon y no por las piedras que las construyen. De hecho, al revisitar los lugares en los que fuimos felices, rescatamos los recuerdos compartidos que, con el tiempo, aprendimos a degustar en lo inmortalizado de los viejos álbumes de fotos. Y, con ellos, la vida se construye por lo que hicimos, lo que reímos y lo que brindamos. Todo protagonizado por las personas que siguen estando a una llamada de teléfono, a una postal de correo, o a un viaje de distancia.

Y en ese álbum está inmortalizada la irónica politóloga, que fue capaz de imprimir su esencia entre los pupitres, como la luz lo hace sobre el celuloide. Pero ella no es un personaje, sino una protagonista. Y ha sido capaz de huir a la ciudad tras la 'Rebelión en la granja' lo que le aportó la libertad para volar. También, fundar una compañía solvente a lo 'Bonnie and Clyde' que le aseguró vivir sin miedo. Y, además, conseguir ser una 'Rebelde sin causa' que le definió como poseedora de la reconfortante felicidad.


Y así un hombre cualquiera espera seguir disfrutando de la esencia que caracteriza a a lo inconfundible de las extraordinarias.


¿Recuerda más extraordinarias inconfundibles?

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