domingo, 31 de diciembre de 2017

Lo esencial del viaje


Un hombre cualquiera se compra una maleta para guardar los nuevos recuerdos de sus viajes a la manzana de al lado o, allende los mares, hacia la Atlántida.

¿De qué se llenan las maletas? Las maletas se rellenan de múltiples objetos, pero los más habituales y numerosos son los “por sí acasos”. Por si acaso hace frío, un abrigo marca Chewacca . Por si acaso vamos a la playa, un bañador tipo Borat. Por si acaso nos da por buscar el arca perdida, un sombrero de Indiana Jones. Pero con independencia del contenido en la partida, las maletas tambien vuelven a reventar a la vuelta. Además de la dejadez al recolocar la ropa y de la pila de souvenirs made in Taiwan; sobre todo, las maletas vuelven llenas con los recuerdos vividos, que no ocupan espacio, pero son lo esencial del viaje. 

Y esa esencia nos inspira para partir a nuevos lugares. Así, cada nochevieja nos embarcamos con la ilusión de todos los momentos que nos esperan a lo largo de las hojas del nuevo calendario. Por tierra, mar o aire nos dirigimos a nuestro futuro que se conjuga mejor en plural. Así que habrá que dejar sitio en la maleta para los recuerdos que nos traeremos a la vuelta y, al final, poder decir que sí, que fue un Feliz 2018.


Y así un hombre cualquiera sabe que, cada mañana, comienza un viaje a la Atlántida al sentir el cálido sol que dora, cada verano, a la soñadora en pijama.

¡Feliz 2018 con experiencias ficticias e historias reales!

No hay comentarios:

Publicar un comentario