jueves, 12 de octubre de 2023

Lo saboreado de los viajes

Un hombre cualquiera asciende por el helio del globo aerostático hasta otear lo festivo del calendario en octubre.

Algunas vueltas al mundo no solo duran 80 días, porque viajar sin metas solo se consigue deseando nuevos horizontes con cada estrella fugaz. Cada sello en el pasaporte se tatúa en el cuaderno de bitácoras. Y los caminos recorridos se entrelazan en una guirnalda de postales turísticas, que decoran los recuerdos bajo el dorado reflejo del otoño. Al alzar la vista lo rojizo de los pájaros planean sobre el paisaje con la tranquilidad de un avión de papel sin prisa por alcanzar ningún destino.

Superando el vértigo, que te enseñan las horas de vuelo, la avioneta de Starman sobrevuela el paisaje describiendo un collage de granates, tostados y amarillos que colorean el sthendal de la otoñada. Allí abajo un colorado 600 serpentea entre los sarmientos y las alfombras de hojas para dibujar las colinas sobre las que suenan campanas. Ni las brújulas, ni los GPS son capaces de encontrar las coordenadas de la felicidad. Ya que las hornea a fuego lento la soñadora en pijama.

Y así un hombre cualquiera toma tierra, como cada 12 de octubre, para seguir saboreando la felicidad

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