domingo, 31 de diciembre de 2023

Lo entrañable de los detalles

Un hombre cualquiera detalla en su mente los pequeños recuerdos que le hacen percibir lo entrañable de estas fechas.

Una buena historia o una tejida mentira se consigue a través de detalles que le dan entidad y convicción al que la lee o escucha. Y es, sin duda, la razón que determina lo valorado de diciembre. Los detalles. Aquellos que se perciben por los cinco sentidos. El brillo en los ojos ante el encendido navideño que ilumina la superficialidad y llega hasta las entrañas. El natural aroma a pino al calor de las intermitentes luces en el salón. La esperanzadora caricia del relieve de los boletos del 22 de diciembre. El tímido crujir de lo almendrado del turrón entre las inconfesables conversaciones de la sobremesa. Los acordes de la BSO de Love Actually al abrigo de la manta y el sofá. El escarchado vaho de las ventanas que protege a la felicidad del hogar. Las nerviosas mariposas revoloteando sobre los propósitos e incertidumbres al ritmo del repiqueteo del carrillón de la puerta del Sol. Los burbujeantes brindis temáticos al sobrepasar la medianoche. El alegre batir de las palmas del concierto de año nuevo. El halo carmesí que ilumina los besos bajo el muérdago. El aterciopelado saludo de sus majestades desde sus atronadoras cabalgatas. La silenciosa vigilia a la espera de la epifanía. El ilusionante rasgado de los envoltorios de la mañana de reyes. El afrutado y azucarado sabor del roscón en la comida de reyes.

Y así un hombre cualquiera detalla el listado de personas que llenan su agenda para, de verdad, conseguir un ¡Feliz 2024!

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