domingo, 12 de marzo de 2023

Lo burbujeante de las estrellas

Un hombre cualquiera espera en una temprana terraza primaveral con el reflejo amarillo del sol bajo el horizonte del giste.

Lo graduado de las gafas de sol permite entretener la espera con la humedecida etiqueta del refrigerio. Dentro, las burbujas fugaces dibujan sus estelas con el deseo de saciar la sed. Y la única estrella que se mantiene iluminada es la que se dibuja sobre el vidrio. Blancas, rojas, amarillas… se pintan sobre la inmensidad del finito y frío universo etiquetado.

La lectura se condimenta entre los sabores del lúpulo, la malta y el grano. Gota a gota, se hidratan con el agua para que la levadura engrandezca lo espirituoso de la bebida. Estos cinco elementos que despuntan en el estrellado símbolo, que desde el medievo, marca e indica las fábricas y bodegas de cerveza. A falta de letrados, lo simbólico ilustraba lo ilegible de las letras. Y así la luz de los astros se mantiene, desde entonces, en el alma de los tercios, botellines y tercios.

Y así un hombre cualquiera tiñe su bigote con la espuma para robarle una sonrisa a la soñadora en pijama con su tatuada constelación.

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