martes, 28 de febrero de 2012

Lo 'evolucionable' de la manipulación

Un hombre cualquiera es manipulado por las circunstancias y condicionamientos de su entorno, constituyendo, en último término, la evolución inherente por aquello que nos rodea, ya sea la más gigantesca y titánica reforma política pública o la más mínima premonición por nuestra autosugestión ante el más trivial de los actos cotidianos. Y, así,  nos convertimos en influenciables y manipuladores, conformándonos en un oxímoron incoherente e ilógico que se retroalimenta a sí mismo y al resto. 

La mano que manipula al títere maniqueo puede pertenecer a un ente superior o al más ínfimo individuo. Nos manipulan e influyen desde una infinidad de ámbitos: los avances tecnológicos nos crean nuevas comodidades que terminan por hundirnos en el pecaminoso sofá de la pereza; el diseño publicitario y el marketing nos engatusan con productos y servicios que nos crean innecesarias necesidades inagotables; el adoctrinamiento de instituciones y medios de comunicación nos infunden reglas y formas de vida que sólo les benefician a ellos: e, incluso, los más cercanos te revelan fórmulas y consejos que te modifican.  Desde el más grande manipulador hasta el último mecanismo de la influencia te hacen madurar y crecer, evolucionando sin saber si es para progresar o para anquilosarte en un rudimentario mundo del interés y del business.

Así, un hombre cualquiera reflexiona sobre las técnicas de la manipulación y de la influencia que utilizan en su quehacer diario para hacer evolucionar a sí mismo, a los demás y a su entorno.

1 comentario:

  1. Cada día más, el mundo es un pañuelo. Como puede ser que me encuentre con esto, que sea además, de un hombre cualquiera, y que en mi mesita sobre un montón que crece en invierno y primavera, pero disminuye en festivos y cálidos y despreocupados veranos; se encuentre Ivan Ilich. La convivencialidad. pd: y en la estantería.. la sociedad descolarizada.

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