jueves, 25 de julio de 2019

Lo incierto de los precipicios

Un hombre cualquiera solo se adentra en los senderos conocidos: camino a Soria, camino de Santiago y cuando se hace camino al andar.

12 de marzo de 2014. El duelo y el luto se extendía desde los crespones negros de los autobuses urbanos hasta la cancelación de los actos electorales. El tiempo avanzaba por la inercia entre aquel último día de campaña, la jornada de reflexión y el, en aquel momento, incierto resultado de las elecciones. El equipo socialista había preparado un último vídeo con el candidato a la presidencia. Zapatero caminando por un sendero hacia el futuro. De repente, el plano medio se habría a uno general. El plano se componía por la figura del político y una bifurcación, a la izquierda seguía el camino y a la derecha aparecía un precipicio. El spot terminaba con el socialista preguntando sobre el camino que los votantes debían elegir.

25 de julio de 2019. La incertidumbre y el bloqueo se extiende desde los soporíferos termómetros y hasta el acolchado relleno de los escaños de la carrera de San Jerónimo. El tiempo avanza por la inercia entre la última votación de investidura y las negociaciones in extremis por un nuevo gobierno. El equipo socialista planteó una estrategia arriesgada para revalidar la presidencia. Sánchez aboga por avanzar hacia el futuro. No tan de repente, la sucesión de planos se hace más compleja y solo se puede retroceder a posiciones comunes o despeñarse por el precipicio. La segunda y última votación de investidura lo dejara claro, pero si el resultado es volver a preguntar a los votantes la elección de los caminos será inescrutable.

Y así un hombre cualquiera incorpora a la lista de la compra: un GPS, un mapa y una brújula hacia el futuro.

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