Un hombre cualquiera sincroniza el reloj para el cambio de hora tras el reportaje de Carlos del Amor en el Telediario.
“[…] Será una especie de agujero negro. Un lugar en el que descansar. Ojalá
poder habitar más esos 3.600 segundos que no son y no serán”, narra el
periodista hasta que el 'Sucede que a veces' de Ismael Serrano le toma el testigo. La vida a veces nos envuelve en una confabulación que nos lleva al año
sin verano. Este juego de títulos sobre los vacíos debe hacer reflexionar sobre
el aprovechamiento de los momentos que dejamos perder.
La trayectoria literaria de Carlos del Amor describe los agujeros negros
para convertir los vacíos en espacios a rebosar. La temporada estival de ‘El
año sin verano’ se llena de vidas, personajes y objetos que se agazapan en los espacios comunes de la
rutina. Las memorias borradas de ‘Confabulación’ se escriben en cuadernos sin
fechas de caducidad para no perderlos en el olvido. Y ‘La vida a veces’ narra
como la falta de imaginación del escritor no necesita de una gran historia,
sino que necesita de la grandeza de las pequeñas historias.
Y así un hombre cualquiera se conciencia contra las pérdidas de tiempo
innecesarias y sin imposición horaria gubernamental.
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