lunes, 21 de diciembre de 2020

Lo inyectado de la ficción

Un hombre cualquiera descubre que la situación supera a la ficción, hasta que de repente deja de hacerlo

Vicente Vallés inicia el informativo de la noche con cara de estupefacción para anunciar las primeras vacunaciones en Reino Unido. Tras dar paso al vídeo, la cámara enfoca a un cráneo alzado en una mano. El zoom se va abriendo, progresivamente, mostrando la cota de mallas, la gorguera y, por fin, aparece en pantalla William Shakespeare. Su semblante serio obvia la cámara, mientras declama: "ya que pides justicia, ten por cierto que tendrás más justicia de la que deseas." Acto seguido, a su lado, la enfermera aprieta el émbolo. El líquido con la fuerza de una góndola sobre el Gran Canal inyecta la vacuna de Pfizer. Su rostro se descompone por unos segundos hasta volverse a recomponer y proclamar: "El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra."

Al volver a plató, la cara del presentador es un cuadro, entre la incertidumbre y la incredulidad, porque  confirma que las vacunaciones han provocado mutaciones.  En pantalla el malvado Magneto cierra los ojos al sentir el pinchazo. Tras tragar algo de saliva, mira a cámara para afirmar: "el hombre siempre ha tenido miedo de lo que no entiende." De pronto se desvanece en el asiento y de su rostro surge una barba blanca y vuelve en sí. El mago blanco, Gandalf, se reincorpora y solemne tranquiliza a los asustados televidentes: "De nada vale especular lo que traerá el mañana." El mago se levanta hasta rozar con su gorro el techo y emprende su camino hacia la Tierra Media

Y así un hombre cualquiera se inyecta de ficción para inocular la eterna y vírica pesadilla.



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