martes, 14 de febrero de 2023

Lo romántico de los viernes

Un hombre cualquiera espera con impaciencia la tarde del viernes.

La tarde del viernes es un viaje de vuelta al calor del hogar. La tarde del viernes es una conversación de café, recuerdos y chiquilín. La tarde del viernes es la libertad de desabrocharse el reloj sin la incomodidad de las manecillas. La tarde del viernes es un paseo al sol del invierno. La tarde del viernes es una habitación recién pintada con vistas al futuro. La tarde del viernes es una canción sonando en el dial en el momento exacto.


La tarde del viernes es una siesta sin el despertador activado y el móvil en modo avión. La tarde del viernes es un abrazo reconfortante que anima y abriga. La tarde del viernes es ese momento en el que los deseos comienzan a cumplirse al convertirse en humo la llama de las velas. la tarde del viernes es un chapuzón bajo el sol. La tarde del viernes es, sin duda, la ilusión por crear recuerdos extraordinarios de lo cotidiano junto a la soñadora en pijama.


Y así un hombre cualquiera se ilusiona cada 14 de febrero, como si fuera la tarde del viernes.

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