domingo, 7 de mayo de 2023

Lo irremplazable de lo materno

Un hombre cualquiera recuerda que su primera palabra fue, indudablemente, mamá.

Cada madre esboza y dibuja la maternidad que se tatúa entre el corazón y los abrazos. Hay madres que reflejan los momentos compartidos con la luz de su sonrisa frente al mar. Hay madres que enseñan la vida con el magisterio de su profesión y vocación. Hay madres que crían en femenino para alcanzar la igualdad. Hay madres que importan su cultura materna a la paradisíaca ultramar. Hay madres que guerrean el presente para conseguir un futuro mejor. Hay madres que dictan sentencias favorables a la felicidad. Hay madres que planean futuros verdes en paraísos naturales. Hay madres que diseñan nuevos hogares sobre la fortaleza de los cimientos del tiempo. Hay madres que son refugio y abrigo hasta que el verano se ilumine de recuerdos. Hay madres que…

 

Todas estas recetas de la maternidad se complementan con los irremplazables trucos de las madres que nos parieron. Las que nos enseñaron que un hogar es un palacio donde atesorar el corazón. Las que suavizan las derrotas con la mágico de sus besos. Las que condimentan con felicidad lo ideado al horno. Las que rebuscan disfraces en los armarios para imaginar lo leído en los cuentos. Las que preparan la merienda entre las migas de la masa madre. Las que posan instantes para inmortalizar la eternidad. Las que sueñan en pijama para convertirlos en realidad al amanecer. Y que acaban definiendo lo materno que las hace irremplazables.


Y así un hombre cualquiera recuerda que no solo el primer domingo de mayo es el día de la madre.

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