domingo, 4 de febrero de 2024

Lo hogareño de los sueños

Un hombre cualquiera se asoma a cada ventana que encuentra para viajar a los mundos sutiles.

Aquella noche el sueño fue escueto, escuálido y hasta escurridizo. Al alcanzarlo su cuerpo se relajó, por fin, después de una lucha titánica por dormirse. Y el subconsciente por inescrutables caminos llegó a la ensoñación. Hacía calor y el olor a tarta de cumpleaños embriagaba la casa. Su cabeza era un ir y venir de deseos por soplar sobre lo encendido de las velas. Su sonrisa era la felicidad inconsciente de lo infantil de los recuerdos. Y sus ojos eran el destello de la ilusión por compartir lo valioso de la vida. Un instante. Toma aire y cierra los ojos. 


"Hogar", Carol Diez Once

Al despertarse ya era invierno. Ya no había nadie, pero ella le siente, nuevamente, allí. En lo acolchado del hogar que le abraza entre las mantas. En los enmarcados momentos inmortalizados para la posteridad. En lo cocinado del libro de recetas familiares sobre la mesilla. En lo perfilado del horizonte que muestra las cumbres pendientes de conquistar. En la incalculable herencia que se atesora a corazón abierto. De muchas formas, ella seguía allí, como siempre.


Y así un hombre cualquiera se fija en las pompas de jabón que vuelan más allá de la ventana.

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