domingo, 18 de febrero de 2024

Lo seguro del puerto

Un hombre cualquiera se sobrecoge ante la inmensidad del mar.


Vivir en la sombra para asombrar en la vida’. Con esta declaración se despide la conversación. El interlocutor cuelga de inmediato. El silencio le deja absorto mirando al océano. Ni los cantos de sirena le distraen en su maestría para no enredarse en alta mar. De hecho, sus ojos obvian los tenebrosos hilos que encasillan la realidad. Por ello, siempre se sumerge en la variada transparencia de las casillas. Esos escaques sobre los que se batalla en el polarizado enfrentamiento entre negras y blancas.


"En redes", M.G.L.

Se ahogan las realidades imposibles en los pensamientos de los días raros. Cuando el oleaje acaricia las huellas de la playa para atrapar el camino hacia lo seguro del puerto. Allí los mástiles se izan con un vaivén acompasado que recuerda a las lanzas de Breda. Honores y reconocimientos. Al volver a sentir los pies en tierra firme, su mirada se sitúa nuevamente sobre el tablero. El teléfono vuelve a sonar. Entonces, los trebejos se recolocan sobre las posiciones de partida.


Y así un hombre cualquiera se refugia en lo firme de lo terrenal.

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