Un hombre cualquiera observa en el calendario los diez días que sacudieron el mundo, bajo la óptica de John Reed y el encarnado pincel de Fernando Vicente.
Octubre
históricamente se ilustra en letras rojas, que acaban por teñirse de negro en
las postrimerías del mes de noviembre. La firme defensora de que todo tiempo
pasado fue anterior y que acontece que no es poco, la ínclita Nieves
Concostrina, afirma ‘a todos los fascistas les da por noviembre’. Por ejemplo,
el nazismo germano de bigote de cepillo de dientes, del alzamiento de brazo sin
intención de coger un taxi y de afición a las reuniones con cerveza en la
Bürgerbräukeller tenía marcado el 9 de noviembre como el germen de todo, ya que
allí se forjó el Putsch de Múnich. Por su parte, el fascismo italiano de las
amenazantes camisas negras, de la épica mussoliniana de boato y marcial paso y
del medieval corporativismo gremial convirtió a noviembre en el mes de nacimiento
del Partido Nacional Fascista. O, por acudir al fascismo patrio, el franquismo
de la gracia de dios, de la ensaladilla nacional y del muera la inteligencia
sobrevivió a alemanes e italianos por no glorificar noviembre, justo el mes que
el régimen acabó agonizando. Así por justicia poética y con motivo de la noche
de los cristales rotos y la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre se
conmemora el Día Internacional de la Lucha Contra el Fascismo.
'Rojo sobre negro', un hombre cualquiera |
La propaganda de los vencedores divulga su versión hasta convertirla en Historia. Sin diferenciar entre hechos reales o fake news, siempre que ensalcen a la causa. El truncado discurso de Unamuno frente a Millán Astray en la Universidad de Salamanca, que narró Amenábar en ‘Mientras dure la guerra’, sirve de punto de partida a Manuel Menchón para su documental sobre la mitificación creada alrededor del filósofo bilbaíno, ‘Palabras para un fin del mundo’. El documental narra la apropiación de la figura del intelectual por el régimen de Franco, a pesar de su posicionamiento político equidistante durante la guerra civil. De hecho, a pesar de la manipulada propaganda del franquismo que ideó que la razón de no conseguir el Nobel residía en la adhesión de Unamuno a la causa fascista; realmente, su crítica posición a los movimientos fascistas provocó las presiones de la Alemania nazi para no otorgarle el desierto premio de Literatura de la Academia de Suecia en 1935. Además, el histórico rector salmantino sufrió, por parte de la Falange y el bando nacional, extorsión, un confinamiento domiciliario por amenazas de muerte y que las causas de su muerte quedaran en entredicho, tras la visita del falangista Bartolomé Aragón en la tarde del 31 de diciembre de 1936. Con todas estas premisas del documental de Menchón, el régimen de Franco tergiversó la realidad y ocultó algunos hechos para manipular la Historia y falsificar la adhesión de Unamuno a su cruzada civil.
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