martes, 23 de febrero de 2021

Lo inspirado de los instantes

Un hombre cualquiera rememora aquello que le inspiró para crear sus historias reales y sus experiencias ficticias

La inspiración necesita fijarse en los detalles y recovecos hasta encontrarla agazapada en cualquier lugar. Tal y como ocurre con los libros de ¿Dónde está Wally? Y con la pegadiza música del 1, 2, 3, ¿Dónde se encuentra la inspiración? 1, 2, 3, responda otra vez. Un programa de radio, un artículo de prensa, una escena de una película, una cita de un capítulo de un libro, una noticia del informativo, el resultado de unas elecciones, una conversación por videollamada, el ingenio de un tweet entre las tendencias del día, una campaña publicitaria, un hecho histórico narrado por Nieves Concostrina, un diálogo de una obra de teatro, una pieza de la sección de cultura de Carlos de Amor, un párrafo de una obra de Shakespeare, una viñeta cómica de prensa,  un verso de una canción de Vetusta Morla, una conversación robada en un autobús, un poema de Joaquín Sabina, una imagen del calendario de Fotogramas, un colorido grafiti encontrado por casualidad, un capítulo de una serie de Netflix, un cuadro desconocido de una sala del Prado

Pero, hay más inspiraciones encontradas en una foto prestada de Instagram, en una buena noticia enviada por medio de la cigüeña, en lo inconfundible de los extraordinarios y extraordinarias que  están a una llamada de distancia, en los preparativos para un discurso de boda, en una ciudad habitada en los recuerdos vividos, en un viaje que se inmortaliza en los cuadernos de bitácoras… Y, obviamente, la inspiración de cualquier instante de vida compartido junto con la soñadora en pijama.

Y así un hombre cualquiera atrapará la inspiración agazapada en la realidad.

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