viernes, 28 de octubre de 2022

Lo rosado de octubre

Un hombre cualquiera se encuentra en el portal a un repartidor con un ramo con las flores por abrir.


Los primeros rayos del sol se asoman por las cortinas de la salita. Un jarrón huérfano de primavera espera lo rosado de octubre. Sobre la estantería dos ejemplares firmados por Ernest Lluch de 'La Cataluña vencida del siglo XVIII: claroscuros de la ilustración' y 'Las Españas vencidas del siglo XVIII: claroscuros de la Ilustración'. Colgado en la pared una réplica del mítico cartel de José Ramón Sánchez, que la incidencia de la luz remarca, de forma celestial, en el personaje central. Más allá, una foto frente al Casa Labra. Casi ocultos por un portalápices asoman un par de muñecos de Coby y Curro. Junto al reproductor de DVD, se apilan películas y documentales. 'Bicicleta, Cuchara, Manzana'. 'La pelota Vasca'. 'Volver a Empezar'. Una cinta de tela de pana agarrada al pomo de la vitrina se perfora por pins e insignias, destacando un 'No a la guerra', un "Nunca Máis' y un colorido arco iris. Entre los portarretratos, en un lugar destacado, está la foto de la graduación de su nieto con su profesor favorito de química. Y sobre la mesa descansa, a mano, un manual de resistencia.


El timbre resuena por el pasillo y saca a Rosa del tocador. El repiqueteo de tacones le acerca a los recuerdos de la noche electoral, en Ferraz, del 28 de octubre de 1982. Desde entonces en el aniversario recibe un ramo a punto de despuntar sus flores. Tras despedirse con su mejor sonrisa del repartidor, se dirige al jarrón justo para que el sol abrigue el despertar de las flores. En el mismo instante, que el carmín se convierte en pétalos, abre el álbum de fotos. Repasa recuerdos y revive instantes que intenta resguardar del tiempo entre sus puños cerrados.


Y así un hombre cualquiera se queda prendado por el aroma de las rosas en las postrimerías de octubre.

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