Un hombre cualquiera busca las
perfumadas opiniones que el ying encierra sin que sean sombras de ningún
machista retrato, sino pensamiento y voz propia sin dueño ni señor.
Al calor de un café de tarde, en
un apartado rincón junto a una presa, aderezando el sabor de una improvisada
comida o simplemente conversando por detener el hastío de la incompetencia; un
hombre cualquiera se deslumbra por los cantos de sirenas que alejan a los
barcos de las mortíferas estribaciones de la costa. Sin duda, las opiniones con
sabor a carmín hipnotizan por la contundencia de sus experiencias y el realismo
de sus afirmaciones, que alejan a un hombre cualquiera de utópicos,
benévolos y sobre todo ignorantes
pensamientos. Y, todo ello, sin que el respeto esté reñido con la divergencia
de pareceres por aquello del cromosoma 'y'.
Estas conversaciones se sostienen tan
firmes sobre tacones de aguja como sobre botas de escalada, manteniendo una
equilibrada cordura al borde de un ataque de nervios. Lo mismo te escriben una
lacrimógena historia que te dirigen un escuadrón bajo el mando de la teniente
con rizzo. Quizá te liberan de una incrédula ceguera, que lanzan los dados para
jugar a gobernar el mundo como vigía del atalaio. Y pueden mostrar sus
sentimientos con una sola mirada o por la coloración del plano inmortalizado
por la fotografa de alegrías. Sus pasionales opiniones percuten en tu
perspectiva, como las mazas sobre el parche, seguras y constantes. E incluso
pueden asestarte con sus verbales puñales sin que llegue la sangre al río, pero
arañándote felinamente como la abolicionista de los pañuelos. Y, todo aliñado
con la santa paciencia de quien aleja las pesadillas y las convierte en sueños
al abrigo del pijama.
Y así un hombre cualquiera airea
lo cerrado del yang con la frescura de los aromáticos argumentos de mujer.
¿Quieres recordar 'Lo humano de lo
divino (Primera Parte)?:
http://bloghombrecualquiera.blogspot.com.es/2012/03/lo-humano-de-lo-divino-primera-parte.html
http://bloghombrecualquiera.blogspot.com.es/2012/03/lo-humano-de-lo-divino-primera-parte.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario