domingo, 26 de septiembre de 2021

Lo caótico de la lira

Un hombre cualquiera se queda con el corazón encogido al ver la portada de The Guardian.

Los acordes de una lira resuenan lejanos y escondidos desde lo profundo del bosque. Troncos, ramas y hojas ocultan el origen del eco instrumental, que se extiende vivaracho con la nerviosa y precoz carrera de una mecha. La ardiente velocidad va abrasando y quemando todo lo que se encuentra en su caótica huida a ninguna parte. Los crepitares y chisporroteos del agonizante bosque seguían el trepidante ritmo de la lira que no paraba de sonar.

Imagen de Konstantinos Tsakalidis para The Guardian
Imagen de Konstantinos Tsakalidis para The Guardian


A las puertas de la ciudad, enlutada por las oscuras cenizas del incendio, Ritsopi llora desconsolada sin conseguir apagar las llamaradas que les cercan. Entre sollozos farfulla e implora que encuentren la maldita lira y que le arranquen las cuerdas. Solo se calma al apretar los párpados sumidos en la negritud. Tras cerrarlos busca, en la oscuridad que tiñe el bosque, la figura de Nerón para arrebatarle sus pirómanos intenciones y la música que percuten sus dedos. Ni la más mínima rama quemada vale un imperio, piensa desconsolada. El vuelo del avión precipita la refrescante lluvia hasta intentar aguar las sádicas diversiones del emperador. Meses más tarde, los terrenos serán recalificados para construir una paradisiaca complejo denominado Domus Áurea por la promotora Nerón S.L.

Y así un hombre cualquiera recupera el aliento con un asqueroso olor a bosque quemado.

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