domingo, 3 de octubre de 2021

Lo arqueado de los triunfos

Un hombre cualquiera recubre muebles y lámparas con sábanas para repintar paredes y techos.

La tarde famélica de sol araña los últimos rayos que colorean las copas de los Campos Elíseos. Poco a poco, las sombras y la artificialidad de la noche toma la ciudad junto al Sena. Los personajes de Midnight in París resucitan para imprimir bohemia e intelectualidad a barras de bar y recónditos cafés, los gatos se vuelven pardos sobre los tejados de zinc y los síndromes de Napoleón se reproducen entre las Tullerias y el Arco del Triunfo. De hecho, éste último sigue empaquetado por arte e ingenio de Christo, hasta la improvisada mañana de Reyes del 4 de octubre, que devolverá el arqueado perfil al parisino circuito del Tour.

Turistas y paseantes admiran el baile de los pliegues y los juegos chinescos de las farolas. Un solitario vals a medianoche. Cámaras y móviles inmortalizan la textil estampa. Pero, a medida que avanza la madrugada, la soledad se refleja sobre los adoquines humedecidos. Varias patrullas de policía acordonan la plaza y furgonetas con operarios y camiones de transporte se preparan para desenvolver el regalo de Christo. Preparados con su traje de trabajo y arneses comienzan a desvestir al triunfo. Los primeros rayos despuntan al amanecer, cuando las telas dejan al descubierto la nada. El Arco del Triunfo se ha esfumado ante las caras de asombro y estupefacción de operarios y policías. Por el paseo de los Campos Elíseos, baja sonriente y satisfecho con chistera y levita, el increíble Arsene Lupin.

Y así un hombre cualquiera descubre a una decimonónica Nicole Kidman buscando bajo las sábanas que cubren los muebles del salón con un aroma a recién pintado.

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