lunes, 7 de mayo de 2012

Lo cibernético de la realidad


Un hombre cualquiera navega por lo tridimensional de la realidad, convirtiéndose en un ermitaño de los espacios cibernéticos.

Sumergirse demasiado en los mundos cibernéticos acaba por ahogar la vida real. Sin duda, la profundidad a la que los usuarios se sumergen provoca que ninguna bombona de oxígeno les permita bucear tanto tiempo sin que pierdan el norte real de la brújula. Las sirenas escondidas tras luminosos banners y pretenciosos links abocan a los usuarios a sumergirse a pulmón descubierto para evadirse de un espacio real donde la trivialidad y lo banal les oxidan como los restos de un metálico hundimiento. 

El individuo se convierte en un ciego esquizofrénico que es incapaz de descubrir lo irreal de lo cibernético y lo inventado de lo real. La narración de la vida a golpe de un escaso centenar y medio de caracteres describe una imperceptible línea entre dos inciertos espacios formados por experiencias ficticias e historias reales. Al final la realidad impregna lo cibernético, retroalimentándose mutuamente.

Y así un hombre cualquiera se sitúa en un equilibrado limbo entre lo material de la realidad y lo abstracto de lo telemático.

No hay comentarios:

Publicar un comentario