Un hombre cualquiera percibe una
egipcia presencia sobre la estantería, la figura se estira y de un salto se
coloca en su regazo para aportarle unos alérgicos ronroneos.
Son principios de octubre.
Interior cocina. Ruido del crepitar de las crepes sobre la sartén y, en el
segundo plano, una radio emite unos vibrantes ritmos rockeros. La traductora de
maullidos da sabor a estos días con sus afrancesados dulces recién hechos, que
embriagan la casa lentamente, como el esparcido humo de un mentolado consumiéndose junto al ordenador. Mientras,
en el salón, el crítico impasible adereza la tarde con un indiscutible murmullo
de jazz, que a la soñadora en pijama le agrada y entretiene como el hilo
musical de los ascensores de los hoteles.
Los jocosos recuerdos de tiempos pasados hacen
estallar la risa de una traductora de maullidos percutiendo las carcajadas del
resto, que le siguen rápidamente como en una delirante caída de piezas de
domino. Y, la verdad, lo memorable de la amistad es que no le influye ni el
tiempo, ni el lugar, sólo las ganas de recordar añejas vivencias, como si
hubieran pasado ayer, y crear futuras anécdotas, que están pasando ahora mismo.
Y, además, se intercalan con sorprendentes visitas y extraordinarios cameos que
sirven para tejer un guión improvisadamente definitivo.
Y así un hombre cualquiera busca
una pirámide donde momificar sus recuerdos como valiosos recuerdos para la
posteridad.
Un hombre cualquiera tiene una entrevista una vez más pero nunca más será como antes. Esta vez no podrá contestar a la pregunta ¿Cómo cree que le ven los demás? Y no podrá porque lo sabrá. Sabrá que él y la soñadora en pijama tienen claro de que va el mercado de la vida, y tienen el producto más valioso y el único que merece la pena: la felicidad. ¡¡Pero esto no acaba aquí!! Son los mejores exportándolo y lo hacen al por mayor y al por menor y a todos los rincones del planeta. Sus directivos tienen un increíble tesón, sus creativos una inagotable imaginación, cuentan con un gran archivo de recuerdos nítidos, y el mejor departamento de atención al cliente al que comprenden, miman y atienden con un caluroso feedback. Y esto, no se puede decir de muchos.
ResponderEliminarGracias por vuestra forma de ser.