jueves, 25 de octubre de 2012

Lo inconfundible de los extraordinarios (2º caso práctico)



Un hombre cualquiera tiene la innata capacidad de toparse con seres extraordinarios y personajes inconfundibles entre las ilustradas cafeterías del centro y las vertiginosas terrazas del Machu Picchu. 

La más básica nimiedad o la mayor cumbre filosofal se pueden debatir desde su detallada visión miope, pero acertada de la realidad; coloreándose sobre un infinito abanico de grises. El caso más empático sobre la elevada repercusión de los detalles está representada por el tertuliano de las antípodas. Se podría definir como un enemigo público de la algarabía en grito, ya que gusta de los sitios donde el ruido es un rumor de compañía, como la diseñada decoración de muebles y alfombras, propiciando un templado silencio artificial que alimenta las conversaciones y devenga en la argumentación reflexiva, valga la redundancia. 

El tertuliano de las antípodas se nutre de las culturas que visita, asimilando tradiciones y costumbres, que traslada de lo exótico a lo cotidiano con detalladas enseñanzas para aplacar la vírica ceguera racista. Así, se convierte en un altruista ciudadano internacional que se preocupa, tanto de la micro como de la macro-realidad, sin distinción de que ocurra en el descansillo del portal o al otro lado de cualquier océano o cordillera. Y, todo ello, gestionado con la sibarita inteligencia de quien aprovecha las oportunidades de cada tiempo. 

Y así un hombre cualquiera aprovechó su potencial facultad para participar en las conversaciones que caracterizan a lo inconfundible de los extraordinarios.

Descubre más inconfundibles extraordinarios de la mano de un hombre cualquiera:
http://bloghombrecualquiera.blogspot.com.es/2012/09/lo-inconfundible-de-los-extraordinarios.html

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