viernes, 14 de julio de 2023

Lo histórico de las huellas

Un hombre cualquiera se fija en el montaje que une las fachadas de la catedral de Pamplona y Notre Dame en el escaparate de la Estafeta cerrada por el 14 de Julio.

El montaje recuerda a otros tiempos de ambas ciudades y muestra el paso de la Historia, que deja huella y marca sobre calles, edificios y monumentos. El porvenir comienza conociendo la historia previa. De hecho, Margot y Amélie suben de la mano las escaleras del metro de Le Bastille. La madre le va explicando el origen del 14 de julio con la Toma de la Bastilla y la revolución que cambió el orden establecido por la gracia del cetro terrenal y del divino. Ante la plaza, Amélie pregunta por la ubicación de la fortaleza (bastille). Margot saca de su mochila una tablet y abre una aplicación fotográfica. El objetivo enmarca la plaza y por arte de la tecnología los torreones y murallas aparecen sobre el adoquinado. Amélie asombrada mira hacia su padre y su hermana al ver la recreación.

Al mirar la realidad la pequeña se entristece por la ausencia de la construcción. Fermín, al darse cuenta de la expresión de Amélie. Le coge de la mano y le lleva unos metros más adelante en la acera. Al llegar a cierto punto, se paran en seco y el padre se baja hasta la altura de su hija. Y, entonces, le cuenta al oído que la Historia está siempre presente, aunque se destruyan edificios, se transformen las ciudades o los protagonistas hayan desaparecido. Ella le mira sin entender lo que le ha dicho. Entonces la mano de su padre le señala hacia la izquierda y sus miradas se encuentran con Margot y Edith sentadas en el suelo, cámara en mano. Ambas le señalan al adoquinado, que esboza una línea continua y distinta al resto del suelo. Y Fermín le dice, la Bastille sigue estando en la plaza y se dibuja con esta triple línea de adoquines. La cara de sorpresa de Amélie con la tricolor francesa en las mejillas y la carcajada del padre con el pamplonica pañuelo rojo al cuello, tras desvelarle el descubrimiento, quedan retratadas para la posteridad. 

Y así un hombre cualquiera coge una tiza y escribe "désolé pour moi" frente a la Estafeta por el 14 de julio.



¿Y qué ocurrió otros 14 de julio?

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